Predecir lo que puede llegar a pasar en el futuro es fundamental para gestionar cualquier compañía. En la última edición del Global Economy Watch, los expertos de PwC, miran a su bola de cristal para tratar de desentrañar las claves que definirán el contexto internacional durante el año que comienza, cómo evolucionará la economía en los principales países del mundo y cuáles van a ser los riesgos más relevantes para la actividad. Empezamos…  

Durante los próximos doce meses, el escenario mundial va a estar marcado, en menor o mayor medida, por tres grandes tendencias:

Los economistas de PwC revelan sus predicciones económicas para el nuevo año en el Global Economy Watch de enero

  • La globalización pasa a un segundo plano. El comercio mundial volverá a crecer, por tercer año consecutivo, menos que la producción global. El resurgir del nacionalismo económico en algunos países va a poner a prueba el papel de la Organización Mundial del Comercio, en un escenario en el que tanto el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), como el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) siguen sin concretarse. Una presión que previsiblemente afectará a la mayor ruta bilateral comercial del mundo entre China y Estados Unidos.
  • La FED vuelve a la normalidad. La Reserva Federal seguirá tensando su política monetaria e, incluso, es posible que sea más restrictiva de lo inicialmente previsto, en función de las políticas fiscales que ponga en marcha el nuevo presidente de EEUU. En cualquier caso, aquellas economías que dependan del dólar para financiarse van a verse presionadas.
  • La política seguirá impulsando la incertidumbre. La Eurozona será escenario de hasta media docena de procesos electorales generales durante 2017. A los comicios previstos en Alemania, Francia y Holanda, podrían sumarse Italia y Grecia. Estos cinco países equivalen al 70% del PIB de la Eurozona.

Estas claves, junto con nuestro análisis del entorno empresarial y de la coyuntura económica internacional, nos llevan a adelantar cuatro grandes predicciones económicas para 2017, que tienen que ver con la fortaleza del crecimiento en EEUU, la consolidación de la creación de empleo en la UE, el peso de Indonesia en la economía mundial o la evolución de las economías de los países del Golfo. A continuación la explicamos con más detalle:

  • Estados Unidos impulsará el crecimiento del G7. Nuestros economistas esperan que la economía estadounidense crezca un 2% -la más rápida en el G7- gracias al fuerte crecimiento del empleo y al consumo en los hogares. Esta previsión de crecimiento puede ser mayor si la nueva administración baja los impuestos y lleva a cabo planes para aumentar la inversión en infraestructuras.Nuestros previsiones apuntan a que EEUU aglutinará el 70% del aumento del PIB en el grupo de siete países más desarrollados del mundo.
  • El empleo en los países del centro de Europa alcanzará su nivel más alto, pero serán las economías de la periferia las que creen más puestos de trabajo. Las economía periféricas de la eurozona -lideradas por Irlanda, cuyo PIB aumentará un 3,3%, y España, 2,3%-, crecerán, por cuarto año consecutivo, más rápido que las de los países centrales del euro. En lo que respecta al mercado de trabajo, Alemania, Francia y Holanda alcanzarán niveles de empleo históricos, con 97 millones de trabajadores. Sin embargo, los países periféricos crearán alrededor de 100.000 nuevos empleos más que los países centrales.
  • Indonesia, la próxima economía de un billón de dólares. Asia continuará siendo la región con mayor crecimiento del mundo, pero el protagonismo pasará de China e India, a Indonesia, que va camino de unirse al selecto club de las economías de un billón de dólares. India, por su parte, aumentará su contribución al PIB mundial hasta el 17%. La actividad en China seguirá en torno al 6% durante 2017. Y a pesar de que la economía del gigante asiático podría estar desacelerándose, un aumento de 6,5% anual supondría añadir al producto interior bruto mundial la producción de un país de tamaño similar al de Turquía. Brasil y Rusia deberían empezar a crecer de nuevo a ritmos de 0,5% y 1% anual, respectivamente, impulsados por el alza –aunque pequeña- de los precios de las materias primas.
  • El crecimiento de la población presionará a los países del Golfo para que reformen las finanzas públicas. En 2017, Arabia Saudí sumará una fuerza laboral en edad de trabajar equivalente a dos Islandias.  Se espera que la del resto de países que integran el Consejo de Cooperación del Golfo (Kuwait, Bahréin, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Omán) mantenga un fuerte crecimiento de alrededor del 2%. El reto para las economías de la región es el de ser capaces de crear empleo al mismo tiempo que reestructuran sus finanzas públicas, deterioradas como consecuencia de la caída del precio del petróleo en los últimos años.

Pero para muchas economías, 2017 será un año de incertidumbre. Algunos de los riesgos macroeconómicos que las empresas deberían tener en cuenta durante los próximos doce meses son:

  • La repatriación de dólares americanos puede tener consecuencias. Una política monetaria estadounidense más restrictiva podría llevar de vuelta a EEUU muchos dólares americanos. Malasia, Turquía y Chile son países especialmente expuestos a este riesgo, con un endeudamiento en moneda extranjera equivalente al 71%, 64% y 55% de sus respectivos PIB. Los bancos más expuestos en estas economías podrían llegar a tener problemas si no están bien capitalizados. Por otra parte, a aquellas economías dependientes de las materias primas tales como Brasil o Rusia, un precio del petróleo (y de otras materias primas) más elevado, junto a un tipo de cambio más flexible, puede ayudarles a mitigar los efectos del capital que vuelva a EEUU.
  • China notará los costes del mayor endeudamiento del sector privado. La deuda del sector no financiero en China representa más del 250% del PIB. Si esta deuda sigue aumentando al ritmo que lleva haciéndolo desde 2010, China podría añadir, a finales de 2017, unos 650 mil millones de dólares a su endeudamiento total. La acumulación de deuda no financiera en el gigante asiático se ha acelerado desde 2008, acercándose a los ratios respecto al PIB de los países de la Eurozona durante la crisis.

Llegado este punto, resultaría clave saber cuál fue el nivel de acierto de nuestras previsiones justamente hace un año. Y, al echar la vista atrás, hemos descubierto que muchas de ellas se materializaron. Los precios de las materias primas se han mantenido bajos, EEUU subió los tipos de interés y la geopolítica se ha puesto en el punto de mira de la economía. Sin embargo, también hay espacio para hacer un poco de autocrítica. Y es que aunque el Global Economy Watch de enero de 2016 no estuvo mal a la hora de prever el aumento del empleo en EEUU -las primeras estimaciones apuntan a 180.000 nuevos puestos de trabajo al mes y nosotros apuntamos a 200.000-, sobreestimamos el crecimiento de la economía estadounidense. En 2016, su crecimiento fue del 1,5%, la mitad del 3% que adelantábamos.  Ya veremos qué pasa en 2017.

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