Si algo está quedando claro en lo que llevamos de año es que la industria del automóvil está en proceso de reinvención.  Una revolución de la que solo hemos empezado a ver la punta del iceberg y que viene causada por la aparición de cuatro grandes disrupciones: la conectividad, los vehículos autónomos, los eléctricos y los servicios de movilidad.

Pero a esta certidumbre le sigue, inmediatamente, un buen puñado de interrogantes que preocupan, y mucho, a los grandes fabricantes y proveedores del sector –los llamados OEM´s-: ¿Cuándo se producirá, de verdad, el despegue de los coches autónomos? ¿Y el de los eléctricos? ¿Cuál es el verdadero potencial y tamaño del mercado de servicios de movilidad? ¿Qué impacto tendrán en los agentes del sector? ¿Cómo será la industria que surja de todos estos cambios?

Strategy&, la consultora estratégica de PwC, acaba de publicar el informe Digital Auto Report 2017, en el que intenta vislumbrar como será ese futuro -con especial atención a los mercados de Estados Unidos, China y la UE- y que se ha elaborado a partir de entrevistas cuantitativas y cualitativas con fabricantes, proveedores, expertos e investigadores en estas áreas geográficas.

El documento concluye que los servicios de movilidad son una gran oportunidad de futuro. Una oportunidad de nada más y nada menos que 2,2 billones de dólares… Pero sacar partido de ella no será fácil. La revolución digital y la transición hacia un mercado marcado por los vehículos autónomos y compartidos vendrán acompañadas de una durísima competencia, de la reducción de los márgenes y de la necesidad de hacer grandes inversiones de capital. Se estima que, como consecuencia del desarrollo tecnológico, de la competencia y por el efecto de las economías de escala, el precio medio por kilómetro del transporte compartido se reduzca más de un 50%. Esto va a suponer que, en 2030, el gasto en movilidad de los consumidores habrá caído aproximadamente un 10%.

En la futura industria -marcada por la existencia de flotas de vehículos autónomos y compartidos- los grandes proveedores, fabricantes y distribuidores en EEUU y en la UE verán como la porción de los beneficios que les corresponde, dentro de la industria, se reducirá significativamente en comparación el actual modelo de vehículos en propiedad y con conductor. Como consecuencia, los mercados de automoción en estas dos grandes regiones pasarán por un importante proceso de consolidación.

En 2030 se estima que más del 37% de los kilómetros recorridos sean por vehículos compartidos y autónomos. Y se espera que todo el mercado de movilidad compartida en el mundo –tanto de flotas de vehículos como de vehículos individuales- tenga el mismo valor, en la actualidad, el mercado mundial de comercio electrónico. Estamos hablando de un mercado híper competitivo, en el que además de  los grandes proveedores y fabricantes, va estar presentes otros actores, como compañías tecnológicas, eléctricas, logísticas, ayuntamientos…

En esto contexto, ¿qué deben hacer los grandes fabricantes y proveedores de la industria de automoción? Teniendo en cuenta, además, que el mercado de los servicios compartidos apenas es rentable en la actualidad, y que no parece que todas las posibilidades del vehículo autónomo estén desarrolladas antes de 2027.  El análisis de Strategy& considera para que los OEM´s puedan jugar una papel relevante en la industria de la automoción del futuro debe rediseñar sus estrategias y elegir el camino que quieren seguir. O dejar este mercado incipiente a los nuevos entrantes –operadores de flotas, plataformas de movilidad- y conformarse en un papel de especialistas en sus nichos tradicionales de actividad, a modo de boutiques. O apostar por entrar en la industria de la movilidad de manera decidida, para lo cual será imprescindible contar con nuevos inversores, con una estrategia muy diversificada y que transformen sus modelos de innovación para poder construir un nuevo negocio basado en los servicios, entre otras cuestiones.