Las compañías cotizadas españolas están acometiendo la transformación de sus Consejos de Administración para adaptarlos al nuevo entorno empresarial. Como reza el clásico de Bob Dylan: The times they are a-changing. Sin embargo, la velocidad del cambio es todavía insuficiente.
Así se desprende del informe Consejos de Administración de Empresas Cotizadas 2017, elaborado por PwC a partir de entrevistas con 50 miembros de más de 60 Consejos de Administración de compañías españolas. El 60% de los consejeros entrevistados considera que la transformación de sus Consejos no va todo lo rápido que debería, a pesar del que el 72% reconoce que están trabajando activamente para conseguirlo.
El informe analiza la transformación de los Consejos de Administración entendida esta desde tres puntos de vista: los nuevos temas a los que deben hacer frente, las capacidades que necesitan para hacerlo y la renovación de sus miembros. En este sentido, los consejeros creen, en mayor o menor medida, que deben dedicarle más tiempo a la gestión del talento –según el 73% de los encuestados-, a los asuntos relacionados con la ciberseguridad y los riesgos tecnológicos (66%), a la planificación estratégica (65%) y a la gestión de la sucesión (65%). En los dos primeros casos, como consecuencia del impacto que la digitalización y del desarrollo de las nuevas tecnologías están teniendo en el entorno empresarial. De hecho, el estudio pregunta específicamente por el grado de involucración de los Consejos en materia de ciberataques, inversión en tecnologías de la información o implantación de grandes proyectos tecnológicos y, en todos los casos, sus respuestas revelan que estamos hablando de una implicación parcial.
Para poder acometer todos estos y otros muchos asuntos, los consejeros creen que es necesario contar con un Consejo de Administración lo más diverso posible -en sentido amplio y no solo referido a la diversidad de género-, como elemento necesario para garantizar su independencia y poder retar las propuestas de la dirección. Así el 58% de los encuestados asegura que la diversidad del Consejo contribuye directamente a la mejora de los resultados de la compañía y un 72% afirma que refuerza su eficiencia.
Cuando se les interroga sobre qué tipos de diversidad son más importantes, los consejeros citan, en primer lugar, la diversidad de conocimientos, seguida de mentalidad –consejeros con amplitud de miras para enfrentarse a los problemas- y, en tercer lugar, la diversidad de género.
Los conocimientos y las experiencias más valoradas por los consejeros son los relacionados con las finanzas y con el sector de actividad de la compañía. Unas repuestas que se explican por la cada vez mayor complejidad del contexto económico en el que se mueven las empresas y que les exige mayor capacidad para leer e interpretar sus finanzas. Pierden peso respecto a nuestro informe de 2016, los conocimientos relacionados con la estrategia, que el año pasado fueron los más valorados. Por el contrario, se aprecia un aumento de la importancia de la experiencia y conocimientos en materia de tecnologías de la información, digitalización y ciberseguridad, que suben de la novena a la sexta posición.
A la hora de acometer la renovación de los consejos es importante tener en cuenta las fuentes que se utilizan para reclutar a los nuevos consejeros. El informe revela que en España, como en otros países de nuestro entorno, las compañías utilizan principalmente las recomendaciones de otros miembros del Consejo (70%), seguida de los cazatalentos (66%), que en los últimos tiempos están ganando peso en estos procesos de búsqueda. En EEUU, por ejemplo, son ya la primera fuente de búsqueda.
La gestión de la sucesión del CEO, de los principales directivos y de los propios consejeros es una cuestión clave para asegurar el buen gobierno de las compañías. Y las respuestas de los entrevistados ponen de manifiesto que una mayoría es consciente de la necesidad de afrontar estos cambios de forma planificada (76%). Concretamente, el 93% estima que es importante limitar el tiempo de permanencia en el Consejo para mantener la independencia y el 72% está de acuerdo con fijar un límite de edad para los consejeros. Además, un 59% considera que no dedican suficiente tiempo a la sucesión del CEO o del presidente.