El desarrollo del Plan Europeo de Recuperación (Next Generation EU), que aportará a España en los próximos seis años 140.000 millones de euros (repartidos a partes casi iguales entre subvenciones a fondo perdido y préstamos) ha dado un acelerón. La aprobación por parte de la Comisión Europea del Perte del automóvil ha desatascado el proyecto que está llamado a marcar la pauta de los megaproyectos financiados con el programa de ayudas. La ejecución de los fondos comprometidos también parece haber entrado en velocidad de crucero. En esta serie quincenal de informaciones de actualidad recopilamos las historias más interesantes sobre los fondos europeos, su gestión y su impacto en la recuperación económica.
Vía libre al Perte de la automoción
Tras varios meses de duras negociaciones, la Comisión Europea ha dado su aprobación al marco de ayudas públicas del proyecto estratégico para la recuperación económica (Perte) del sector de la automoción. La decisión es importante, porque no solo desbloquea la convocatoria de los 3.000 millones de euros de ayudas previstas, sino que además sirve para allanar el camino al resto de Pertes (están aprobados dos más y hay en el horno otros tres ), que son elementos de tracción fundamentales para desplegar los fondos.
De hecho, el Gobierno espera lanzar las primeras convocatorias de ayudas antes de marzo de 2022. La aprobación de Bruselas, sin embargo, no ha salido gratis, como era de esperar. La comisaria Vestager ha puesto condiciones y da prioridad al desarrollo de proyectos de automoción en comunidades autónomas con renta per cápita baja. Esto no significa que no se puedan ubicar en Madrid o Cataluña, pero sí que estas comunidades autónomas, al ser más ricas, tendrán menos posibilidades de conseguir ayudas públicas.
Cataluña se cae en la pugna por la fábrica de baterías
Tras desencallarse el Perte del automóvil, y a falta de conocerse las bases de adjudicación de las ayudas, lo que parece cada vez más claro es que la fábrica de baterías eléctricas que quiere instalar Volkswagen en España no irá a Cataluña, pese a ser inicialmente el destino favorito. Diversos medios la descartan completamente en beneficio de Aragón, Extremadura y la Comunidad Valenciana, que son ahora las tres comunidades en liza, con más posibilidades para las dos últimas.
La razón del descuelgue de Cataluña es que Volkswagen, que ya ha adjudicado a su planta barcelonesa de Martorell la fabricación del coche eléctrico de pequeño tamaño, prefiere repartir sus inversiones por toda España. También ha podido influir la decisión de la Comisión Europea de primar las ayudas en comunidades autónomas con rentas bajas. Por su parte, el Gobierno valenciano lleva tres años trabajando para conseguir llevar a su territorio una fábrica de estas características y tiene muy avanzado un proyecto para instalarla en Sagunto. La ventaja de Extremadura es que cuenta con yacimientos de litio y níquel, que son minerales básicos en la fabricación de baterías eléctricas.
Oxígeno para el hidrógeno
El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana el Perte de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA), que aportará 6.900 millones de dinero público (bastante más de lo previsto para el automóvil y la salud de vanguardia, los otros dos Pertes aprobados hasta ahora), y que se espera movilice otros 9.500 millones de inversión privada.
La niña bonita del Perte es el hidrógeno verde, a cuya producción se destina una subvención de 1.550 millones y que ha sido elevado a la categoría de proyecto país. La apuesta por este tipo de energía renovable tiene su lógica, teniendo en cuenta el interés despertado como combustible alternativo contra el cambio climático.
Decenas de planes relacionados con esta tecnología limpia se han presentado en los últimos meses por parte del Gobierno, las comunidades autónomas y las grandes empresas energéticas. Las convocatorias de los primeros proyectos se van a lanzar la semana que viene y se espera que estén resueltas en el primer trimestre de 2022.
Más fondos y más deprisa
También se ha acelerado la entrega del segundo tramo de los ayudas, tras la aprobación de la Comisión Europea del pago de 10.000 millones correspondientes al segundo semestre del año, una vez que según Bruselas se han cumplido los 52 hitos previstos. Ahora los gobiernos europeos tienen un mes para decidir si ponen pegas al desembolso.
Mientras tanto llega esa nueva remesa, el Gobierno asegura que ya ha comprometido partidas presupuestarias por el 65% de los fondos previstos para 2021, lo cual está acelerando el despliegue del Plan de Recuperación de cara a 2022, aunque su grado de ejecución real es todavía pequeño. Está claro que hay mucho dinero encima de la mesa, una parte del cual acabará por llegar a las pymes. Ahora, como dice la secretaria general de Fondos Europeos, Mercedes Caballero, lo que hace falta son ideas adecuadas.
La reforma laboral, contrarreloj
Uno de los interrogantes que pesa sobre el futuro de las ayudas europeas es la aprobación de la reforma laboral, Las negociaciones van contrarreloj, porque el Gobierno se han comprometido en Bruselas a sacarla adelante antes de final de año, aunque el presidente de la CEOE ha señalado que las prisas no son buenas consejeras y ha sugerido la posibilidad de prorrogar el plazo si es necesario.
El meollo de las conversaciones está en las restricciones a la contratación temporal. Los empresarios se niegan a establecer un porcentaje máximo de empleados temporales sobre el total de la plantilla pero parecen aceptar un límite anual por días, y ahora lo que se negocia es cuántos. En todo caso, las últimas filtraciones apuntan a que no habrá un cambio radical de la regulación del mercado de trabajo, pese a los anuncios de derogación de la actual legislación.