Con la llegada del nuevo año, la comunidad empresarial revisa sus planes de negocio con la esperanza de que los próximos doce meses sean menos movidos que los pasados. Para ayudar a darles algo de luz, en PwC hemos lanzado una nueva edición del Global Economy Watch, en el que analizamos qué nos puede traer la economía en 2022.

A riesgo de parecer un disco rayado, tenemos que recordar, a todo aquel que esté leyendo este post, que Ómicron, la nueva variante de la COVID-19, ha introducido una enorme dosis de incertidumbre a las perspectivas a corto plazo. Las previsiones incluidas en el informe se han realizado a partir de un escenario de impacto económico limitado de Ómicron y asumiendo que las nuevas dosis de las vacunas sigan proporcionando protección adecuada ante los casos más graves de la enfermedad.

Esperamos que los problemas que están experimentando las cadenas de suministro desaparezcan este año

Desgranamos cinco grandes predicciones:

  • La economía china superará a la UE. En nuestro escenario base, esperamos que la economía mundial crezca un 4,5% en 2022, significativamente por encima del crecimiento esperado a largo plazo. Estados Unidos, China y la UE seguirán siendo los tres grandes bloques económicos, aunque con algún cambio. Por ejemplo, prevemos que 2022 sea el primer año en donde la actividad en China supere al conjunto de la UE. Si hablamos de las economías emergentes, el FMI estima que el PIB de India podría superar los tres billones de dólares, hasta alcanzar un nivel similar al de Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia juntos.
  • El G-7 creará casi diez millones de puestos de trabajo. El grupo de las siete economías más desarrolladas seguirá creando empleo a buen ritmo y estimamos que, al menos, puedan generar nueve millones de puestos de trabajo. La cifra más alta desde la década de los ochenta. Esto supondría que en los dos años posteriores a la pandemia -y de la puesta en marcha del conjunto de medidas para combatir sus efectos económicos-, se habrían creado entre catorce y quince millones de empleos.
  • Entraremos en un ciclo de endurecimiento de la política monetaria. Estimamos que las condiciones de financiación se endurecerán a medida que los bancos centrales suban los tipos de interés y vayan rebajando sus programas de estímulos. Un proceso que ya ha comenzado en Estados Unidos y que, en el Reino Unido, probablemente, se ha retrasado por los efectos de Ómicron. Esperamos que la Eurozona continúe con su actual política monetaria, ya que es poco probable que la inflación subyacente, excluyendo los cambios en la imposición indirecta, supere su objetivo del 2% en 2022.
  • De la producción just in time a la just in case. Esperamos que los problemas que están experimentando las cadenas de suministro desaparezcan. Ya hemos visto alguna señal en los últimos meses de 2021 y consideramos que, en el segundo semestre de 2022, esta mejora tire hacia abajo del incremento de los precios, y la inflación se estabilice. Un circunstancia que dará aire a los bancos centrales para retrasar futuras subidas de tipos, especialmente, si las economía vuelven a sufrir algún contratiempo, por ejemplo, como consecuencia de la pandemia.

    La apuesta por la llamada autonomía -o autosuficiencia- estratégica en una variedad de áreas, que van desde los semiconductores hasta la inteligencia artificial y a la fabricación de baterías para automóviles, seguirá ganando impulso, especialmente, en una economía abierta como la de la UE. Esto contribuirá a aumentar la capacidad de resistencia de las empresas, aunque podría tener un impacto negativo a corto plazo en sus márgenes de beneficio. Nuestra estimaciones sobre la relocalización de algunos sectores estratégicos revelan que podría suponer una oportunidad de entre 136.000 y 272.000 millones de dólares (a precios constantes de 2019) para los países del G7.

  • Cambio de papeles entre Estados Unidos y  la UE en política fiscal. En Estados Unidos, por primera vez desde la pandemia, se espera que la política fiscal detraiga dos puntos el crecimiento económico en 2022, según el Hutchings Center. Mientras tanto, en la UE, la historia será diferente: se espera que la política fiscal añada entre 0,5  y un punto porcentual al crecimiento económico en 2022. Estas cifras reflejan la suspensión de las normas de estabilidad presupuestaria de la UE hasta, probablemente, 2023.