Hace más de cien años, el empresario y visionario hindú, Jamsetji Nusserwanji Tata, tuvo un momento de inspiración. Estaba en un picnic junto a un río y, al observar la corriente, le asaltó la idea de utilizar la fuerza del agua para obtener energía limpia, económica y abundante con la que iluminar la India e impulsar su crecimiento económico. Bombay, ahora Mumbai, fue la primera ciudad en beneficiarse de la genialidad de Tata.

En 1915, la ciudad se ahogaba con los humos que emitían las calderas de las fábricas textiles que inundaban la ciudad. Ese año, Tata Hydro Electric Power Supply Company -como se conocía en ese momento a Tata Power– puso en marcha su primera central hidroeléctrica en Khopoli, situada en la falda de la cordillera de Sahyadri, en la costa occidental de la India. Capaz de generar 40 megavatios (MW) de electricidad -que pronto aumentó a 72 MW-, esta central producía energía suficiente para iluminar la ciudad.

En la actualidad, Tata Power -liderada por el Dr. Praveer Sinha, consejero delegado y director general- es la mayor empresa privada de suministro eléctrico integrado del país, con unos ingresos anuales de más de 5.500 millones de dólares. Junto con sus filiales y entidades participadas tiene una capacidad de generación de 13.735 MW, de los cuales el 37% procede de fuentes de energía limpias. Entre sus proyectos más emblemáticos figuran la mayor planta solar vertical del país, en Bengaluru; la mayor superficie de aparcamiento para vehículos, en Pune; y el mayor estadio de críquet del mundo impulsado por energía solar, el estadio Brabourne de Bombay. La empresa, junto con sus socios, suministra energía a 12,5 millones de personas en las ciudades de Bombay, Delhi y Ajmer, y en el estado de Odisha.

Praveer Sinha, de 60 años, es ingeniero eléctrico de profesión, con más de 38 años de experiencia en centrales eléctricas de nueva generación en la India y en el extranjero. Su trabajo al frente de la empresa se ha guiado por un enfoque participativo (que a veces ha implicado recibir llamadas de clientes enfurecidos en plena madrugada), un planteamiento centrado en la innovación energética y la misión de democratizar el suministro de electricidad, especialmente en las zonas rurales de la India.

Apasionado por el crecimiento inclusivo y por el empoderamiento de las comunidades con dificultades socioeconómicas, también puso en marcha programas de sostenibilidad y capacitación que han beneficiado a casi 700.000 personas en Delhi, en su mayoría a mujeres y a jóvenes. Además, ayudó a crear 350 centros de alfabetización para mujeres en los barrios marginales de Delhi, y, durante varios años, renunció a sus sábados para trabajar como voluntario en estas comunidades.

Entre los altos ejecutivos, Praveer Sinha se distingue como partidario del aprendizaje continuo; cuando el negocio se ralentizó durante la pandemia, completó un doctorado en tecnologías de redes inteligentes mientras seguía dirigiendo la compañía. Ahora es investigador asociado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y su impulso inicial para cursar un doctorado surgió mientras trabajaba con estudiantes y profesores en un modelo de bajo coste para la electrificación de zonas rurales.

Hace poco, Sinha departió con strategy+business, la publicación digital de PwC, desde su despacho en Bombay House, sobre qué convierte a Tata Power, con 108 años de historia, en un agente importante en la transición de la India hacia la energía neta cero y sobre el futuro del sector energético.

S+B: India es el tercer país consumidor y productor mundial de electricidad, con una potencia eléctrica prevista de 409 gigavatios [GW] en 2022. ¿Cuál es, desde su punto de vista, la situación actual del sector energético en la India y su capacidad para hacer frente a la creciente demanda de energía, que se calcula que aumentará casi un 30% de aquí a 2023?

SINHA: El sector energético tiene un enorme potencial de crecimiento y ha conseguido buenos resultados en los últimos 15 años a través de ampliaciones de capacidad, mejoras e intervenciones tecnológicas. Actualmente está listo para pasar al siguiente nivel, centrándose en fuentes de energía renovables e integrando nuevas tecnologías de almacenamiento, uso de redes inteligentes y otras soluciones integradas. Todo esto puede permitir al país pasar de la generación, transporte y distribución convencional a un modelo de generación de energía y servicio eléctrico más democratizado, que brinde una mejor calidad para los consumidores.

El cambio ha empezado a sentirse y puede conducir a una mayor democratización del suministro de electricidad. Con una implementación adecuada, la generación distribuida y las energías renovables podrían ser el punto de partida para una India más verde, con pérgolas fotovoltaicas, energía solar y microrredes en aldeas, que satisfagan la demanda local.

Las áreas de interés de nuestra compañía incluyen soluciones de energías renovables de gran envergadura, como proyectos eólicos marinos, alianzas estratégicas para proyectos de instalaciones de energía solar flotante -junto con energía renovable- e hidrógeno verde como combustible alternativo.

Todo ello, junto con tecnologías avanzadas como el uso de drones para detectar puntos calientes de energía renovable, fallos de diodos, microfisuras, limpieza robótica sin agua y rendimiento de los paneles solares marcarán una gran diferencia. Además, estamos comprometidos a ayudar a transformar la India rural a través de muchas microempresas, impulsadas por energía limpia, asequible y confiable de microrredes renovables. En la actualidad, hemos establecido microrredes en seis distritos de Bihar y tres en Uttar Pradesh.

S+B: En la actualidad, el 40% de la electricidad de la India proviene de fuentes de combustibles no fósiles. Ahora el país se ha comprometido a conseguir que esta proporción se acerque al  50% en 2030 y ha declarado su ambición por alcanzar energía neta cero para 2070. ¿Cómo valoras la capacidad de la India para alcanzar estos objetivos?

SINHA: Nuestra mayor ventaja es que estamos bendecidos con abundante luz solar durante más de 300 días al año. Eso brinda a India una gran oportunidad para cumplir con sus compromisos en materia de energías renovables y limpias y de liderar el camino hacia un mañana más verde.

El desafío consiste en ver la manera de agrupar esta energía con hidrógeno verde y con otras formas de energía renovable, incluida la eólica -en alta mar y en tierra-, y algunas de las tecnologías de biomasa, para permitir un almacenamiento eficaz capaz de satisfacer la demanda. Una parte importante de este reto está relacionado con la tecnología de almacenamiento -ya sea de baterías o hidrógeno-, y existe una necesidad urgente de innovar.

El segundo reto para la India gira en torno a la capacidad de compra de servicios públicos. Existe una brecha entre lo que quieren los gobiernos federales y el estatal en lo que respecta a la reforma y modificaciones de la Ley de Electricidad de 2003, que está destinada a permitir la competencia y que más de una compañía distribuidora opere en la misma zona. Esta ha sido durante mucho tiempo una limitación para todos los productores de energía independiente, incluida Tata Power. Además, es un aspecto en el que el país tendrá que avanzar si quiere aumentar la inversión privada y ser capaz de satisfacer la demanda global de energía.

Sin embargo, como empresa, hemos pasado de un crecimiento respaldado en la generación de energía a partir de combustibles fósiles a crecer mediante energías renovables, y a través de nuestros servicios de transmisión y distribución. En términos de capacidad, nos hemos fijado como objetivo aumentar 2 GW cada año. Para 2030, el 70% de nuestra capacidad procederá de fuentes de energía neta cero.

Este año, hemos invertido 400 millones de dólares -3.400 millones de rupias- para ser capaces de fabricar desde cero células fotovoltaicas y módulos solares de 4 GW en Tamil Nadu. En agosto de 2023 produciremos el primer módulo solar y, en diciembre, la primera célula fotovoltaica. Juntos, facilitarán la transición hacia una energía limpia y generarán más de 2.000 empleos sostenibles. […]

S+B: Si miramos al escenario internacional, ¿cómo ves la actual crisis energética y cómo está afectando a la India?

SINHA: Por lo que he observado, estoy seguro de que Estados Unidos -y toda Norteamérica-, recuperará sus tasas de crecimiento, ya que la economía estadounidense es resistente. Han atravesado una situación complicada pero han puesto en marcha una iniciativa de gran calado para invertir 700.000 millones de dólares como parte parte de la Ley de Reducción de la Inflación. En cambio, Europa y Reino Unido podrían tener que pasar por más dificultades  antes de volver a crecer.

En cambio, India será capaz de seguir su trayectoria de crecimiento. En gran medida, no se ha visto afectada por la invasión rusa de Ucrania, y ahora tiene la oportunidad de fabricar algunos de los suministros que tradicionalmente se hacían en Europa y en el Reino Unido. No solo India, sino todo el sudeste asiático – incluidos Indonesia, Malasia, Vietnam, Taiwán y Camboya-, tienen la oportunidad de llenar el vacío que ha dejado el Reino Unido, Europa e incluso China.

S+B: Tata Power está investigando y desarrollando microrredes para dar luz a zonas rurales con fuentes locales y autónomas de suministro eléctrico. ¿Cuál es tu visión de la inclusión energética?

SINHA: Nuestra iniciativa de microrredes, cuyo objetivo es crear 10.000 microrredes en un futuro cercano, es la más grande del mundo. Se han instalado más de 200 microrredes que siguen el modelo de acceso universal a la electricidad de la ONU, que proporciona electricidad al menor coste posible a comunidades con ingresos limitados en países en vías de desarrollo. Este programa forma parte de nuestra estrategia comercial, y no de una iniciativa de responsabilidad social corporativa. Esto se debe a que este proyecto depende más de las nuevas tecnologías y de la innovación de producto que muchos de nuestros otros programas, para brindar soluciones de muy bajo costo a las áreas rurales y hacerlas escalables. […]

S+B: Ustedes se centran más en energías renovables que en hidrógeno verde. De cara al futuro, ¿tenéis previsto que Tata Power entre en este campo?

SINHA: Es verdad que no he hablado sobre el hidrógeno verde, porque siento que aún no ha llegado su momento. Somos conscientes de lo que hay que hacer para producirlo y hemos estado trabajando de forma activa en esta área, pero sin hacer ruido. Esto se debe a que queremos descubrir una solución similar a la que Jamsetji Tata imaginó hace más de un siglo para la energía hidráulica: limpia, barata y abundante. Sin embargo, como el coste de producir  hidrógeno verde es alto, estamos buscando una solución que se pueda escalar y aún no hemos llegado a la etapa en la que seamos capaces de ser un actor importante en el mercado.