El mundo se enfrenta a una encrucijada climática evidente. El Acuerdo de París de 2015 establecía que, como civilización, tenemos que conseguir frenar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, para lo que es necesario lograr cero emisiones netas de gases invernadero en 2050. Por el momento, la temperatura del mundo ya ha aumentado 1,2 grados y cada año se emiten a la atmósfera de la Tierra más de 36.000 millones de toneladas de CO2. Las consecuencias de no revertir con el cambio climático son dramáticas, como bien sabemos: aumento del nivel del mar, eventos meteorológicos cada vez más extremos, pérdida de biodiversidad… El reto es grande y los avances, por el momento, pocos.
Ante este desafío ingente, ¿qué pasos debemos dar desde el mundo empresarial? ¿Tenemos que elegir entre sostenibilidad y sacrificar el beneficio? En este asunto, hay un intenso debate entre los expertos. Los más optimistas consideran que el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad puede tener un impacto financiero positivo. Sin embargo, otros muchos opinan que las empresas tendrán que renunciar, irremediablemente, a maximizar beneficios para impactar de forma positiva en el medio ambiente y en la sociedad en su conjunto. El informe ‘La clave de la longevidad de las empresas‘, que hemos elaborado de manera conjunta PwC, Microsoft y la Universidad de Oxford, abre una puerta: no solo es posible ser rentables y al mismo tiempo luchar contra el cambio climático, sino que tecnologías emergentes como el big data y la Inteligencia Artificial pueden convertirse en un arma fundamental para ser más eficientes, y al mismo tiempo, cuidar nuestro ecosistema. Y no es sólo una idea, sino que ya hay casos de éxito comprobables.
Según este documento, que ha encuestado en profundidad a más de 50 altos directivos del planeta, la IA y el uso masivo de los datos podrían generar un ahorro medio anual de 600.000 millones de euros en distintos sectores. De hecho, gracias a la IA, en algunos ámbitos ya se están logrando grandes ahorros de energía, una reducción significativa de las emisiones de CO2 y, en la agricultura, hasta reducir el uso de fertilizantes.
La IA ya está ayudando a las empresas a crear nuevos modelos de negocios sostenibles, haciéndolas más eficientes y valiosas a largo plazo. El informe detalla, por ejemplo, cómo la IA sirve para reducir las emisiones globales de carbono en sectores como el transporte, la energía y la industria. En concreto, en el ámbito de la energía, el big data y la IA se están utilizando para aumentar la producción de energía procedente de fuentes renovables. Diversas soluciones basadas en IA también han permitido a varias industrias optimizar el consumo eléctrico y aumentar su producción, generando un aumento de los beneficios, tanto económicos como medioambientales. Lo mismo se ha demostrado en el sector agrícola, ya que la IA ayuda a hacer predicciones y recomendaciones que pueden servir, como apuntábamos antes, para controlar la fertilización de los cultivos de una forma más eficiente, lo que sirve para reducir emisiones y mejorar la eficiencia.
Pero destaquemos siete casos paradigmáticos que demuestran que la IA es un arma eficaz para reducir el cambio climático y, al mismo tiempo, ser más competitivos:
- Outokumpu, líder mundial en producción de acero inoxidable, ha empezado a utilizar análisis avanzados de datos e IA para optimizar sus procesos. Esto incluye la monitorización y el análisis de datos en tiempo real para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de recursos. Outokumpu utiliza datos de las máquinas de su mayor fábrica en Finlandia para impulsar herramientas de IA con la que han logrado reducir el consumo de energía de la compañía un 10% y han aumentado la producción de la fábrica un 4%. Además de esos ahorros de costes y mejoras de productividad, la inteligencia artificial también ha reducido las emisiones de CO2 de la empresa, como consecuencia de la reducción del consumo energético.
- Alfa Laval, empresa que fabrica intercambiadores de calor de placas, ha implementado soluciones de inteligencia artificial para optimizar sus procesos industriales, incluyendo la gestión de energía y la eficiencia operativa. Lo hace de forma muy sencilla: la empresa se ha asociado con Microsoft para crear una función de detección térmica que se puede añadir a la aplicación de la cámara de un teléfono móvil convencional. La adopción de estas tecnologías le ha permitido mejorar la eficiencia de sus procesos, lo que se traduce en una reducción del consumo de energía y una disminución del impacto ambiental.
- Stena Line, una de las compañías de ferry más grande del mundo, ha empezado a emplear algoritmos de aprendizaje automático (ML) para analizar datos en tiempo real y optimizar las rutas de carga de sus barcos. En concreto, la naviera Stena Line utiliza la inteligencia artificial para ayudar a sus tripulaciones a ahorrar combustible y reducir las emisiones de CO2. Para ello, la empresa combina los conocimientos náuticos de su personal con datos sobre corrientes, olas, profundidad del océano y condiciones del viento, así como sobre las características del barco y el cronograma de ruta. Esta ayuda de la inteligencia artificial le permite reducir el consumo de combustible entre un 2% y un 5%.
- ZF Group, fabricante alemán de cajas de cambio para la industria automotriz, con sede en Friedrichshafen, ha implementado una fábrica inteligente de alta tecnología que ahora aprovecha los datos y la inteligencia artificial para aumentar la eficiencia de la planificación, al mismo tiempo que coordina el trabajo de mantenimiento y permite procesos de fabricación más eficientes en el uso de los recursos. Este uso de la IA ha permitido a la empresa reducir costos, disminuir el desperdicio, aumentar la eficiencia operativa y disminuir sus emisiones de CO2.
- SLB Capturi, una joint venture entre SLB y Aker Carbon Capture, utiliza la IA y la gestión de los datos para optimizar la captura de carbono en todas las fases del proyecto y, especialmente, en la fase operativa de sus plantas de captura de carbono. SLB Capturi estima que sus soluciones pueden capturar hasta el 95% de las emisiones de procesos industriales como el cemento y las instalaciones de conversión de residuos en energía, lo que permite reducir significativamente el impacto en el medio ambiente.
- Heidelberg Materials, otra empresa de materiales de construcción, ha introducido herramientas de IA que aprovechan grandes volúmenes de datos. Al analizar las composiciones de sus productos y los pasos de sus procesos de producción de cemento, la empresa ha podido reducir el consumo de energía hasta un 5% y disminuir las emisiones de CO2 vinculadas tradicionalmente a su producción. Junto a Glatec, una empresa tecnológica, esta compañía está desarrollando un software especial para optimizar la composición de sus productos de hormigón, lo que le permitirá reducir costes y, al mismo tiempo, su huella de carbono.
- Zegna, una marca de ropa de lujo, ha creado, gracias a la IA, una plataforma digital para lograr la trazabilidad de las materias primas que utiliza. Esto permite a sus marcas hacer afirmaciones creíbles y respaldadas por datos sobre el origen ético y sostenible de sus tejidos, apelando a la cambiante demanda de los consumidores con respecto a estos temas. La empresa también está utilizando la inteligencia artificial para fortalecer su previsión de la demanda y flexibilizar sus procesos de producción, lo que ayuda a reducir el desperdicio al ajustar con mayor precisión los volúmenes de producción a los volúmenes de pedidos.