La realidad virtual lleva décadas prometiendo experiencias inmersivas. Pero sólo recientemente -y gracias a la nube, al 5G y a otras tecnologías convergentes clave-, parece que se puedan empezar a cumplir todas esas expectativas iniciales. El metaverso será una extensión natural de la realidad virtual. La superposición y expansión más allá -eso es lo ‘meta’- de nuestra realidad en el universo.
Contrariamente a lo que se suele pensar, el metaverso no va a vivirse, exclusivamente, a través de unas gafas de realidad virtual. Nuestras vidas se convertirán en phygital, una fusión de lo digital y lo físico, y ese mundo físico, esas experiencias sensoriales, supondrán todo en el metaverso.
El futuro de los sentidos en el metaverso
Las experiencias sensoriales proporcionarán una mayor sensación de inmersión en el metaverso, mejorando las experiencias de los consumidores y los resultados empresariales
Hasta ahora, los cinco sentidos -vista, tacto, oído, gusto y olfato- son, claramente, un fenómeno del mundo físico. Pero hay una serie de tecnologías innovadoras que pretenden cambiar esta situación. A continuación, repasamos algunos ejemplos de lo que está por venir.
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Vista
Las experiencias de realidad aumentada y virtual ya se pueden ver mejor que nunca. Y en el futuro, las imágenes y los gráficos van a seguir mejorando, gracias a la tecnología 5G/6G y a la nube, que permitirán alcanzar un fotorrealismo de 8k o incluso 16k y amplios campos de visión de forma estándar en las gafas de realidad virtual. Sin necesidad de contar con un ordenador potente. Se espera que las nuevas cámaras sean capaces de registrar las expresiones y los gestos de los usuarios para trasladarlas a sus avatares y así reforzar la comunicación entre ellos.
El aumento de la interactividad con el mundo físico, mediante el uso de espacios o franjas de color -donde, por ejemplo, puedas interactuar con tu espacio físico más allá de las gafa de realidad virtual-, permitirá una mayor integración y reducirá la sensación de que se trata de dos realidades diferentes. Además, el uso de lentes Pancake [delgadas y ligeras] y el seguimiento del movimiento del ojo harán que las gafas de realidad virtual sean más pequeñas, más ligeras y más fáciles de manejar.
Las gafas de realidad aumentada están siendo desarrolladas por empresas tecnológicas como Apple, Meta -y Ray-Ban-, Snap y Google. Además, ya existen lentes de contacto de realidad aumentada. También la nueva tecnología promete interfaces como los micrófonos LED, y cascos más cómodos y pequeños, con una mayor duración de la batería que, según algunas estimaciones, podrían acabar sustituyendo a los teléfonos inteligentes.
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Tacto
El tacto añade una dimensión imprescindible al terreno de las experiencias virtuales, y puede tener un impacto directo en su comercialización, por ejemplo, a la hora de determinar la afinidad con una marca y la intención de compra.
Por ejemplo, la vibración táctil es un elemento estándar en los mandos de realidad virtual, pero cada vez se está utilizando más en los wearables, como guantes y trajes. Aunque la vibración impulsada por un motor no es, obviamente, lo mismo que tocar físicamente un objeto, incluso esta pequeña interacción puede aumentar la sensación de que un artículo es ‘real’.
Otro tipo de simulación táctil es la llamada force feedback, que combina robótica y activadores, o almohadillas, que se inflan y desinflan para crear presión. Por ejemplo, en un guante con tecnología táctil, los activadores colocados a lo largo de los dedos y la palma de la mano se inflarían y desinflarían de acuerdo con los contornos de un objeto virtual. De este modo, un usuario que cogiese una lata de aluminio virtual podría ‘sentir’ su forma cilíndrica y su resistencia al intentar aplastarla. Además, añadimos la retroalimentación sonora, como el crujido del metal, esta ilusión puede verse reforzada.
También se está recurriendo a la electroestimulación, que consiste en el envío de señales eléctricas de amplitud, voltaje y frecuencia variables a través de electrodos situados en los dispositivos weareables, o en la propia piel del usuario, para desencadenar respuestas musculares o nerviosas. En los juegos de realidad virtual, podría simular la sensación de recibir un disparo, una puñalada o incluso de sangrar, añadiendo otro grado de realidad al juego.
Y si lo de llevar una segunda piel te parece poco, también se está usando la tecnología de ultrasonidos para crear resistencia a los objetos en el aire, como los caracteres en braille para que los usuarios puedan leerlos -sentirlos- en sus dedos.
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Sonido
¿Piensas que la tecnología auditiva se limita a la cancelación de ruido y a los auriculares inalámbricos? Pues no. Ya existen en el mercado altavoces de conducción ósea -en inglés, bone-conduction speakers-, integrados como una función de las gafas de sol inteligentes, como las Ray-Ban, o de empresas como Bose y Amazon. La llamada conducción ósea se produce cuando la vibración del sonido llega al oído a través del cráneo. A diferencia de los auriculares tradicionales, en los que el oído externo está tapado, puedes escuchar lo que pasa a tu alrededor y estar inmerso en ambos universos al mismo tiempo.
¿Y qué hay de la posibilidad de comunicarse sin hablar? AlterEgo, un prototipo desarrollado por MIT -El Instituto de Tecnología de Massachusetts-, lee las señales de los músculos de la boca cuando una persona forma palabras sin sonido y las transmite a un dispositivo wearable.
En 2019, Microsoft patentó una tecnología –silent voice– que podría permitir a los usuarios hablar con su asistente de voz en público a partir del susurro. Y, en la actualidad, existen una serie de proyectos en marcha sobre implantes neuronales que podrían convertir el pensamiento directamente en voz, sin necesidad de usar la boca.
En el caso del sonido espacial -orientado en un espacio de 360 grados-, permite a los usuarios escuchar de una forma más realista (que mediante un estéreo). En este caso, los sonidos proceden de varias direcciones y con información adicional, como la proximidad del volumen, el entorno (amortiguado o con eco) y el contexto (ruidos de fondo). Combinado con Inteligencia Artificial, el sonido espacial podría crear entornos virtuales en los que, si se susurra a alguien que está al lado, sólo te oye él, o en los que se pueda caminar con un grupos de personas en un espacio virtual y oír claramente sólo la charla de los más cercanos.
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Gusto
Lamentablemente, la tecnología está todavía lejos de una experiencia gustativa virtual en la que, al estilo de Willy Wonka, podamos probar un chicle y degustar el sabor de toda una comida, pero esto no significa que no existan aplicaciones relacionadas con la industria alimentaria en el metaverso.
Por su parte, los NFT -tokens no fungibles- ya se están utilizando para cambiar la experiencia gastronómica física, desde los sistemas de reserva, el acceso exclusivo a restaurantes, la fijación de precios dinámicos de las mesas, y los platos o incluso de los ingredientes exclusivos. Por ejemplo, Burger King ha utilizado códigos QR para desbloquear NFT coleccionables. Y McDonald’s está desarrollando restaurantes virtuales para que los consumidores interactúen con ellos mientras hacen pedidos a domicilio.
Desde el punto de vista de la salud y del bienestar, la realidad aumentada permite a los usuarios ver modelos 3D de sus comidas y de sus ingredientes. La tecnología blockchain se está utilizando en las cadenas de suministro para hacer un seguimiento y certificar su sostenibilidad, de forma que se convierta en un valor añadido para el consumidor. Hemos visto también colaboraciones entre supermercados y conocidos juegos online para gamificar campañas relacionadas con la salud. Y, si realmente te interesa, ya se ha inventado una pantalla de televisión que se puede lamer y saborear.
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Olfato
En el mundo físico, las empresas de la web 3.0 ya están experimentando con los NFT, el crowdsourcing y las fragancias. Pero, ¿y en el mundo virtual, cómo se pueden crear olores particulares de la nada?
Las empresas están investigando. Actualmente se están desarrollando diferentes dispositivos, emisores portátiles y otros generadores autónomos que combinan moléculas para liberar olores. Así, se podrían crear experiencias en el ámbito digital, pero también se podrían utilizar en el sector de la salud, para detectar enfermedades, o en el terapéutico, para aumentar la eficacia del mindfulness o el alivio del dolor con ayuda de la realidad virtual.
También en los mercados de consumo, las señales aromáticas podrían suponer una ventaja. Imagínate que entras en una tienda virtual con el mismo ‘aroma de marca’ que se utiliza en la tienda física correspondiente, con tus sentimientos de fidelidad. Y qué decir de los aromas asociados a los productos -la goma recién salida de una zapatería, el olor a coche nuevo en un concesionario virtual o el papel envejecido en una librería-, ¿podrían aumentar la intención de compra? ¿Quizás el olor de un plato característico de un local de comida rápida virtual provoque un aumento de los pedidos online? ¿Y qué tal una colonia usada por el avatar?
La importancia de la inmersión
De forma aislada, las tecnologías sensoriales pueden parecer triviales, un intento de hacer que lo virtual sea más ‘real’, atrayendo a las personas a pasar más tiempo (y gastar más dinero) en los espacios digitales. Sin embargo, al igual que las complejidades de la relación de las personas con los sentidos en el entorno offline, no hay que subestimar los casos de uso de su réplica en el mundo virtual.
La experiencia sigue siendo un factor determinante para las marcas, un diferenciador que refuerza el vínculo emocional y la fidelidad de los consumidores. Los juegos, medios de comunicación, deportes y eventos on line se beneficiarán de ser más emotivos e inmersivos. Para la industria, la incorporación de los sentidos a la realidad aumentada y a la realidad virtual podría cambiar las reglas del juego. desde la mejora de la formación en cuestiones de alto riesgo como la defensa, en la lucha contra los incendios o en la aviación, pasando por el uso de la realidad aumentada y la tecnología táctil para garantizar el mantenimiento de las máquinas y la seguridad en las fábricas, hasta la mejora de los resultados de los pacientes en cirugías a distancia.
En resumen, puede que antes de lo que piensas seas capaz de disfrutar del olor de rosas virtuales.