La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. El sector asegurador es uno de los más afectados. Las primeras previsiones de la factura de 2024 detallan lo que se podía esperar: Los huracanes, las tormentas eléctricas y las inundaciones van a elevar la factura para las aseguradoras hasta los 135.000 millones de dólares, un 17% más que en 2023, año que ya registró un incremento relevante, según un informe elaborado por la reaseguradora Swiss Re Institute y recogido por Business Insider.

Solo los grandes huracanes Helene y Milton de Estados Unidos acumulan más de 50.000 millones de dólares de pérdidas, que se suman a los daños provocados por las tormentas eléctricas severas sufridas en todo el mundo y las inundaciones. Además de la irreparable pérdida de vidas humanas, estos son los principales daños materiales que elevan la factura de 2024. En España, el informe citado destaca la dana sufrida en la Comunidad Valenciana que presenta cifras acumuladas impresionantes: ha afectado a más de 69.000 viviendas, a más de 125.000 vehículos y a 12.500 comercios. Se estima que su impacto merme en un 4% la actividad económica de la región. Solo el Gobierno central acumula ayudas totales que se elevan a 16.600 millones de euros.

Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.

FACTURA CLIMÁTICA

Las aseguradoras mundiales asumirán una subida del 17% en las pérdidas por fenómenos meteorológicos extremos en 2024
El sector de los seguros es el primero, dentro del ámbito económico, que sufre las consecuencias del cambio climático. De hecho, constituye uno de los principales lobby para fomentar la sostenibilidad promoviendo seguros verdes, incentivando prácticas responsables e invirtiendo en energías renovables. Es consciente de lo que se juega con este problema, y ya existen cifras concretas para 2024: las pérdidas de las aseguradoras ascenderán en 2024 a 135.000 millones de dólares (más de 127.700 millones de euros), un 17% más que el año pasado, según un informe elaborado por Swiss Re Institute y recogido por Business Insider.

Los investigadores calculan que 2024 será también el quinto año consecutivo en que las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales superen los 100.000 millones de dólares (94.600 millones de euros). El responsable de riesgos catastróficos de Swiss Re, Balz Grollimund, explica que “gran parte de esta creciente carga de pérdidas es consecuencia de la concentración de valor en las zonas urbanas, el crecimiento económico y el aumento de los costes de reconstrucción”. Un estudio publicado en junio aseguraba que el aumento de las pérdidas ya estaba provocando un incremento de las primas de seguros para los propietarios de viviendas en Estados Unidos de un 33% entre 2020 y 2023.

Los desastres medioambientales en Estados Unidos son los causantes de dos tercios de esas pérdidas. El informe cifra los daños causados por los huracanes Helene y Milton en casi 50.000 millones de dólares (47.300 millones de dólares).

En términos globales, se espera que las tormentas eléctricas severas en todo el mundo sumen más de 51.000 millones de dólares (casi 48.300 millones de euros) en 2024, la segunda pérdida más alta para ese tipo de catástrofe climática tras un récord de alrededor de 70.000 millones de dólares (66.200 millones de euros) en 2023, como apunta el informe de Swiss Re Institute.

En el caso de Europa, Swiss Re Institute hace referencia a las “intensas inundaciones” de este año, que se han traducido en las segundas mayores pérdidas aseguradas de la historia de la región por este concepto. El informe alude a la tormenta Boris que azotó el centro del continente y la dana de Valencia como eventos de gran impacto.

A falta de estimaciones más precisas, el Consorcio de Seguros mantiene su estimación inicial de daños totales en la región valenciana por unos 3.500 millones de euros; no obstante, el Gobierno ha destinado 16.600 millones en ayudas a los damnificados.  El Consorcio ha movilizado a más de 1.000 peritos, además de los peritos de las entidades aseguradoras, con 215.938 solicitudes de indemnización, según el citado Consorcio de Compensación de Seguros.

La dana ha afectado a más de 69.000 viviendas, a más de 125.000 vehículos y a 12.500 comercios y ha incidido en la destrucción de capital productivo que ha producido. El impacto de la dana en Valencia se estima en un 4% de su actividad económica. El Ejecutivo prevé que el escudo social desplegado ayudará a unos 400.000 trabajadores a mantener sus ingresos, a 30.000 empresas a reactivar su actividad y a 100.000 hogares a cubrir sus necesidades básicas.

El informe apunta que las elevadas pérdidas derivadas de las condiciones meteorológicas extremas se producen cuando 2024 va camino de ser el año más caluroso jamás registrado. La temperatura media se sitúa 1,54°C por encima de la media preindustrial. “Al favorecer las condiciones que han provocado muchas de las catástrofes de este año, el cambio climático también está desempeñando un papel cada vez más importante”, afirma.

ACTIVIDAD ECONÓMICA

La explosión del turismo mundial ya es responsable del 8,8% de las emisiones de CO2 y continúan ascendiendo
El auge de la clase media en todo el mundo, así como el mayor interés social y cultural por viajar aprovechando la caída de los precios de algunas líneas aéreas de bajo coste, es un panorama que también afecta al medio ambiente. La mejoras en la eficiencia y las tecnologías en el uso de la energía no son suficientes para equilibrar el aumento de viajeros: en 2024 se superarán los 20.000 millones de viajes en un planeta con 8.000 millones de personas, según publicó La Vanguardia citando un informe de la revista Nature Communications.

A las puertas de unas fechas en las que decenas de millones de personas planifican viajes navideños, un estudio científico asegura que las emisiones de gases que genera el turismo aumentan al doble de velocidad que la del resto de la economía global. Según los cálculos científicos, roza ya el 9% del total de emisiones de CO2, creciendo al 3,5% anual y alcanzaron las 5,2 gigatoneladas de CO2 en 2019, según recogió Eldiario.es.

“Si no se toman medidas urgentes, como reducir los viajes, el sector turístico mundial duplicará su impacto climático cada 20 años. Esto incumple con el Acuerdo de París, que obliga a que rebajar sus emisiones más de un 10% cada año”, señala Ya-Yen Sun, profesora asociada de la Escuela de Negocios de la Universidad Queensland de Australia, experta en temas climáticos, primera autora del artículo que publica la revista Nature Communications. La mayoría de las emisiones netas fueron generadas por el transporte aéreo y el uso de vehículos privados por parte de los viajeros.

A partir del análisis de datos de 175 países registrados entre 2009 y 2020, los autores muestran que el turismo es uno de los principales contribuyentes a las emisiones globales de carbono. Pese a esta enorme huella en la contaminación, no hay visos de que se reduzca porque la importancia económica de la actividad turística está creciendo a fuerte ritmo.

Pero los científicos de esta publicación destacan que no todos los países son igualmente culpables en las emisiones globales de carbono por el turismo. “Los veinte países con mayores emisiones”, entre los que está España, “contribuyen con tres cuartas partes de la huella global. La disparidad en las emisiones per cápita del turismo entre las naciones de altos y bajos ingresos” no deja de crecer por lo que se reclama que “las estrategias nacionales de descarbonización del turismo” se definan para alinearse con el Acuerdo de París.

El análisis destaca la importancia de Estados Unidos (19%), China (15%) e India (6%), mientras que varios países de Medio Oriente, incluidos Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, han surgido entre los veinte países con mayores emisiones debido a aumentos sustanciales en el turismo receptor durante la última década.

EMISIONES

El complejo panorama de los bonos verdes y sus variantes en todo el mundo
La emisión mundial de bonos verdes ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, aunque las emisiones vinculadas a la sostenibilidad viven momentos de incertidumbre por el nuevo clima creado en Estados Unidos con la victoria de Donald Trump. Desde 2022, que superó los dos billones de dólares en emisiones acumuladas, ha seguido creciendo. La emisión mundial de bonos verdes ascendió a 169.000 millones de dólares en el tercer trimestre, por encima de la media trimestral de 160.000 millones.

Se trata de un aumento considerable respecto a la media del tercer trimestre de años anteriores, que se situaba en 130.000 millones de dólares, según una nueva edición del barómetro global de financiación sostenible de ING, en el que realiza un análisis trimestral del ámbito de las finanzas sostenibles, como recogió Expansión.

Sin embargo, según datos de Bloomberg Intelligence (BI), las empresas y los organismos gubernamentales han recaudado hasta ahora 37.600 millones de dólares a través de los bonos vinculados a la sostenibilidad, conocidos como SLB, un 46% menos que en todo 2023. El producto sufrió más en Estados Unidos en medio de una reacción negativa por cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), y es probable que la agenda anticlimática de Donald Trump siga pesando sobre la recaudación de fondos, según publicó Financial Times y recogió Expansión.

Los acuerdos sobre bonos vinculados a la sostenibilidad han caído este año, lo que ha llevado a banqueros e inversores a preguntarse si el mercado de 319.000 millones de dólares recuperará alguna vez su popularidad. Estos bonos son cualquier tipo de instrumento de renta fija, cuyas características financieras y/o estructurales (es decir, cupón, vencimiento, importe de reembolso) pueden variar en función de si el emisor alcanza objetivos medioambientales, sociales o de gobernanza (ESG) predefinidos, medidos a través de un Indicador Clave de Rendimiento (KPI).

Estos activos han sido objeto de críticas por las dificultades para hacer un seguimiento de los objetivos sostenibles. Las regulaciones más estrictas en Europa, el mercado más grande, y la desaparición del descuento para los prestatarios están apagando el interés en un mercado que alcanzó su punto máximo en 2021.

Este mercado está destinado a “una desaparición lenta”, dijo Xuan Sheng Ou Yong, responsable de renta fija sostenible para Asia-Pacífico en BNP Paribas Asset Management en Singapur. Para los inversores, “es difícil hacer un seguimiento de los indicadores de rendimiento y de cómo se están cumpliendo, y los bonos verdes permiten una diligencia debida más sencilla”.

Ante esta situación, las empresas están optando por bonos verdes o préstamos vinculados a la sostenibilidad, que se gestionan de forma privada entre bancos y emisores y están menos examinados por los mercados, dijo Hoogerwerf. A otros segmentos del mercado les está yendo mejor. La emisión de toda la deuda sostenible (incluidos los bonos y préstamos con etiquetas verdes, sociales, de sostenibilidad y de transición) ha superado los 1,49 billones de dólares este año, superando el total de 2023 y poniendo fin a dos años de caídas sucesivas, según BloombergNEF.

ATMÓSFERA

El agujero de ozono se reduce y se acelera su recuperación
El agujero de la capa de ozono está dando buenas noticias y demuestra que no todos los acuerdos climáticos internacionales son poco prácticos. El hecho es que este agujero comenzó su recuperación en 1992, tras la entrada en vigor el Protocolo de Montreal firmado en 1987, un histórico acuerdo internacional cuyo objetivo es eliminar gradualmente los productos químicos que agotan el ozono de la atmósfera.

Los últimos datos de 2024 muestran que, por un lado, la extensión del agujero fue mucho más pequeña que en años anteriores y, por otro, se está acelerando su cierre, según confirmó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina y publicó Clarín.

El agujero que se abre anualmente en la capa de ozono por encima del Polo Sur de la Tierra fue relativamente pequeño en 2024, en comparación con otros años, afirman también científicos de la NASA y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Estas fuentes proyectan que la capa de ozono podría recuperarse por completo para 2066, según la web de la NASA.

Durante el pico de la temporada del agotamiento de la capa de ozono, la superficie del agujero de ozono de 2024 ocupó una extensión de casi 20 millones de kilómetros cuadrados (ocho millones de millas cuadradas). “Con una extensión máxima de aproximadamente 22 millones de kilómetros cuadrados hacia finales de septiembre, el agujero de ozono marcó una diferencia notable respecto a los años recientes, en los que el área con disminución de ese gas alcanzó extensiones significativamente mayores”, publicó el SMN. El ozono es importante porque forma un escudo protector de la Tierra. Está esparcido por los 35 kilómetros de espesor de la estratósfera y cualquier daño que sufra aumenta la radiación ultravioleta que llega hasta la superficie, con el potencial de deteriorar el medio ambiente y la vida terrestre. Puede provocar cáncer de piel, problemas oculares, efectos sobre el sistema inmunológico, disminución de las cosechas, y perjuicios a los bosques y a la vida submarina.

Desde el ente oficial advirtieron que “si bien el comportamiento del agujero de ozono en 2024 puede interpretarse como una señal alentadora, las razones detrás de los agujeros excepcionalmente persistentes de los últimos años siguen bajo investigación”. El Protocolo de Montreal fue clave para reducir las sustancias que agotan la capa de ozono: logró eliminar el 99% de estos compuestos a nivel global.

ESTILO DE VIDA

Dana, incendios, calor…El clima se cuela en la lista de palabras más buscadas en Google y en la RAE
Primero fue la Real Academia Española (RAE), hace un año, admitiendo muchas palabras relacionadas con el medio ambiente y después han sido los ciudadanos los que las han buscado con interés en Google en 2024, lo que demuestra la preocupación por la sostenibilidad del planeta. La RAE anunció la inclusión de un nuevo grupo de palabras en el Diccionario de la lengua española, entre las que hubo una notable presencia de términos relacionados con el medio ambiente como “biocapacidad”, “descarbonizar” y “corredor ecológico”, “huella de carbono”, “huella ecológica” y “huella hídrica”. Además, se incluyó la palabra “enchufable” para los vehículos de batería que se recargan a través de la red eléctrica.

Este año, la RAE ha vuelto a mover ficha y ha admitido la palabra “dana” tras dos años de análisis, por lo que dejará de ser un acrónimo a tener su propia definición: “Depresión en niveles altos de la atmósfera, que, aislada de la circulación general atmosférica, se mueve de forma independiente y puede producir grandes perturbaciones con precipitaciones muy intensas”. Para ello ha habido que enmendar otras expresiones del mismo campo semántico como “gota fría”.

Según el informe anual de Google, la RAE va en paralelo a los ciudadanos que han demostrado alto interés a lo largo de 2024 por estos temas, como calor excesivo, inundaciones, huracanes y dana. Así, “dana”, “Huracán Milton Florida” o el “progreso en objetivos de cambio climático” destacaron en el ránking de los términos más buscados en todo el año de la firma de Alphabet, según recogió Expansión.

En 2024 fueron muy recurrentes las búsquedas sobre “qué es una dana”, “por qué se ha inundado Valencia” o “cómo ayudar dana Valencia”. También aumentaron las búsquedas de ciencia con preguntas sobre “cómo se contagia la viruela del mono” o consultas sobre “eclipse solar” o la crisis de los “pellets”, en referencia al vertido de más de 26 toneladas de microplásticos al mar en el norte de España hace casi un año.