Neveras que avisan en tiempo real de la caducidad de los alimentos; lámparas inteligentes que se encienden solas cuando haga falta; coches que funcionan sin necesidad de conductor; espejos que detectan los síntomas de cualquier enfermedad; aires acondicionados que alertan sobre fallos; cepillos de dientes que descubren caries, ya son una realidad.

El impacto de Internet de las cosas en la industria (IoT, en sus siglas en inglés) gana fuerza y la está transformando a una gran velocidad. Según nuestro informe The Industrial Internet of Things, las empresas industriales, más allá de incluir la conectividad en sus objetos, deben afrontar un cambio en sus modelos operativos y de negocio. Se requieren nuevas capacidades y una cultura corporativa más abierta, proactiva y centrada en el consumidor. Las previsiones de crecimiento del IIoT, elaboradas por la consultora Gartner, estiman que en 2021 se venderán un millón de dispositivos a la hora en todo el mundo. También se estima que el número de cosas conectadas a Internet ascienda a 35.000 millones en 2020 y que el 47% de estos dispositivos tenga la inteligencia necesaria para solicitar ayuda.

El industrial es uno de los sectores  que más transformación requiere ante el fenómeno del Internet de las Cosas porque la gran cantidad de los dispositivos y aparatos que fabrican deberán ser adaptados a la conectividad

Todo indica que no hay marcha atrás, las empresas industriales deben cambiar radicalmente y unirse al nuevo paradigma, o quedarán rezagadas en relación con nuevos competidores. Los primeros en realizar avances en la conexión de sus productos, se posicionarán como futuros líderes en sus mercados. Muchas empresas ya han empezado a transformarse y generar valor gracias a la conectividad, sin embargo, conectar los dispositivos y aparatos a Internet es quizás la parte más fácil del desafío.

El consumidor y también las empresas desean tener cada vez más relación directa con el fabricante y acabar con la figura tradicional del intermediario. Pasarán de ser empresas B2B a B2C. Históricamente, los fabricantes vendían a través de distribuidores y/o minoristas, pero con la llegada a la industria del Internet de las Cosas necesitarán cambiar el modelo de gestión de clientes hacia uno que fomente la participación, la colaboración y la interacción con los clientes finales. Pero esta evolución debe estar acompañada de un cambio en la estrategia y cultura corporativa de la compañía; la mera apuesta por calls centers de atención al cliente será insuficiente.

La industria es uno de los sectores que más transformación requiere ante el fenómeno de IoT. No solo porque sus productos, mercados y procesos son muy vulnerables al cambio, sino también porque la gran cantidad de los dispositivos y aparatos que fabrican deberán ser adaptados a la conectividad. Además, las fábricas también necesitarán renovarse y con ellas, sus procesos y los diseños y desarrollos de productos.

El documento propone una hoja de ruta para este tipo de compañías con seis pasos a tener en cuenta:

  1. Llevar a cabo una revisión a todos los niveles del modelo de negocio.
  2. Implementar la conectividad de dispositivos, sensores y redes.
  3. Discutir y comprender el grado de cambio operacional que necesita la organización.
  4. Combinar el cambio operativo y tecnológico para transformarse en una empresa centrada en el cliente.
  5. Fomentar el cambio cultural en todos los niveles de la firma.
  6. Revisar continuamente el modelo e innovar tecnológicamente y contar con un sistema de operaciones seguro.