“¡Datos! ¡Datos! ¡Dadme datos! –clamó Sherlock Holmes impacientemente-. No puedo hacer ladrillos sin arcilla”. Esta frase, escrita por Arthur Conan Doyle en su relato El misterio de Copper Beeches, refleja con exactitud la necesidad que tenía el famoso detective inglés de reunir información concreta sobre los hechos antes de poner en marcha su complejo método deductivo.

Si Holmes estuviera hoy aquí con nosotros, seguramente quedaría satisfecho con el trabajo realizado por PwC, en colaboración con la asociación empresarial London First, sobre la importancia de la inmigración en la población y la economía de la capital británica. En pleno debate sobre la inminente negociación del Brexit y tras el anuncio de elecciones anticipadas en el Reino Unido, la información que proporciona el estudio es caviar para comprender el papel que juegan los inmigrantes en el mercado de trabajo y en la economía londinense. El informe hace una radiografía muy precisa sobre la corriente migratoria entre 2005 y 2015: de dónde vienen los inmigrantes de Londres, qué hacen cuando llegan y cuál es su impacto en los distintos sectores económicos Estos son, en síntesis, los resultados del trabajo:

El Valor Añadido Bruto que generan los 1,8 millones de empleados inmigrantes es de 83.000 millones de libras y por cada diez empleos de inmigrantes se crean cuatro adicionales

  • En los diez años que abarca el estudio, la población de Londres ha pasado de 7,4 millones a 8,7 millones de habitantes. El ritmo de crecimiento ha sido mucho más alto entre los inmigrantes (un 3,6% anual) que entre los nativos (un 0,4%).El 37% de los londinenses son de fuera. Este porcentaje es similar al de otras grandes ciudades occidentales, pero es muy superior al promedio del país (10%). 
  • Alrededor de la mitad de los inmigrantes procedentes de la Unión Europea llegan a Londres para trabajar; el 15%, para estudiar, y más de una cuarta parte dependen de otros inmigrantes y nativos. Entre los no europeos, los porcentajes son bastante distintos: solo el 20% llegan para trabajar. 
  • El número total de trabajadores de Londres ha venido creciendo a un ritmo anual de 85.400. La mayor contribución a esa subida ha sido de los empleados procedentes de la Unión Europea (32.900 cada año), seguidos de cerca por los no europeos (31.700). El incremento anual de los británicos fue inferior (20.800).
  • Los trabajadores inmigrantes apoyan el crecimiento económico de Londres y del conjunto del Reino Unido. El Valor Añadido Bruto que generan los 1,8 millones de empleados inmigrantes es de 83.000 millones de libras y por cada diez empleos de inmigrantes se crean cuatro adicionales.
  • Los inmigrantes tienen un papel especialmente relevante en determinados sectores de la actividad económica. Es el caso de la construcción, donde un 30% de los trabajadores son de la UE y un 20% proceden de países no europeos. Además, los empleados británicos del sector están envejeciendo y casi un 20% de ellos se jubilan en cinco años. Otros sectores económicos altamente dependientes de los inmigrantes son el financiero (un 25% de sus trabajadores son no europeos y un 15% europeos), el sistema de salud (el 25% son nacidos fuera del Reino Unido), la hostelería (un 40% proceden de países no europeos y un 30% de la UE) o el comercio (56% británicos, 32% no europeos y 12% europeos).

¿Qué diría Sherlock Holmes ante esta avalancha de datos? Seguramente se hundiría en su sillón del 221B de Baker Street, encendería una pipa y cavilaría durante largo tiempo hasta comprender el problema del impacto del Brexit en el mercado laboral de Londres, desarrollar una hipótesis, testarla, validarla y finalmente presentar una conclusión.

Más o menos, esto es lo que pretende el estudio de PwC: aportar la información suficiente para que los políticos del Reino Unido diseñen una estrategia apropiada en las negociaciones del Brexit y para que al mismo tiempo las empresas de Londres analicen sus consecuencias tanto en sus propias organizaciones como en su cadena de suministro y lleguen a una conclusión bien formada y fundamentada.

Elemental, ¿no?

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