Llegan las vacaciones y llega el momento de descansar… y de leer. El verano es una oportunidad para ponernos al día con las últimas novedades editoriales, esas de las que durante el resto del año oímos hablar y a las que nunca tenemos tiempo de echarles un ojo. Aquí proponemos una selección de libros de negocios, basada en las recomendaciones de Strategy+Business, la revista de la consultora estratégica de PwC Strategy&, y los diarios Financial Times, The Wall Street Journal y The New York Times. La cosecha de este año nos trae historias de gigantes (con Leonardo da Vinci a la cabeza), de cultura empresarial y de algún que otro fraude.
Leonardo da Vinci: la biografía (Walter Isaacson, Debate)
Isaacson, que en 2015 nos regaló una magnífica y poco obsequiosa biografía de Steve Jobs, se atreve ahora con la formidable figura de Leonardo da Vinci, al que considera un paradigma de la creatividad y la innovación. El autor se resiste a llamarle genio, porque en su opinión eso sería como atribuirle algún tipo de don divino, cuando en realidad su personalidad es absolutamente humana y está forjada por su propia voluntad y ambición. Leonardo, cuenta Isaacson, no poseía un intelecto privilegiado, como era el caso de Einstein (al que también biografió) o Newton, ni tampoco fue una persona especialmente culta. Al ser hijo bastardo, tuvo pocas oportunidades de estudiar. Sin embargo, suplió esas carencias con una curiosidad infinita, como demuestran sus cuadernos de trabajo, que son la base del libro de Isaacson. En ellos Leonardo se hace preguntas como “¿Por qué el cielo es azul? o “¿Cómo es la lengua del pájaro carpintero?” y escudriña ámbitos de conocimiento tan dispares como la arquitectura, el diseño de armas, la anatomía, la óptica o la geología. Su capacidad para combinar el arte, la ciencia, la tecnología, las humanidades y la imaginación es una fórmula infalible para hacer que salte la chispa de la creatividad. La figura de Leonardo, vista al trasluz de Isaacson, nos recuerda la importancia no solo del conocimiento, sino de que seamos capaces de poner en duda lo que sabemos, de fomentar la imaginación y de pensar de forma diferente.
Quirky: The Remarkable Story of the Traits, Foibles, and Genius of Breakthrough Innovators Who Changed the World (Melissa A. Schilling, PublicAffairs)
La pregunta que preside este libro es: ¿Qué es lo que hace que alguna gente sea espectacularmente innovadora? Para responderla Schilling centra su atención en ocho grandes figuras de la historia de la innovación (Marie Curie, Thomas Edison, Albert Einstein, Benjamin Franklin, Steve Jobs, Dean Kamen, Elon Musk y Nikola Tesla), a las que somete a un exhaustivo escrutinio. De la comparación entre ellos surgen algunas conclusiones que permiten indagar en la personalidad y las características de los grandes innovadores de la historia. Son inteligentes, son inconformistas, son outsiders, son idealistas, tienen una gran confianza en sí mismos… Pero como el propio título del libro sugiere, uno de los principales aspectos comunes a todos ellos es que son raros. Marie Curie vivió toda su vida aislada socialmente y alejada incluso de sus hijos.
Elon Musk, el creador de Tesla, era tan introvertido de pequeño que su familia llegó a sospechar que tenía problemas de sordera. Thomas Edison cultivaba hábitos de trabajo propios de un maníaco y dormía muchas veces en su laboratorio. Einstein también era un bicho raro que dijo en cierta ocasión: “Hay que ser una persona solitaria. Eso te da tiempo para hacerte preguntas y buscar la verdad”. Steve Jobs vestía siempre igual. A Dean Kamen, el inventor de Segway, también hay que echarle de comer aparte. Además, y quizá en parte por sus rarezas, la mayoría de ellos tuvo problemas en la escuela. ¿Son estos rasgos inimitables o se pueden extraer algunas lecciones interesantes para el resto de los mortales? La autora cree que para liberar el potencial innovador de la gente es importante darle tiempo y espacio para perseguir sus objetivos y desarrollar sus ideas, por extrañas que puedan parecer a primera vista.
Soon: An Overdue History of Procrastination, from Leonardo and Darwin to You and Me (Andrew Santella, Dey Street Books)
Este es un curioso libro que está indicado para los que se distraen con una mosca (o con un vídeo de YouTube o con un meme o con un hilo de Twitter o con el chascarrillo de un compañero) y retrasan lo que tienen que hacer hasta el límite. Es decir, es un libro indicado para casi todo el mundo. Su autor nos cuenta la historia de la procrastinación (“acción de diferir o aplazar”, según la Real Academia Española, término formado con las partículas latinas pro, para, y cras, mañana), y es así como llegamos a enterarnos de que figuras tan importantes como Leonardo, Darwin o el arquitecto Frank Lloyd Wright eran magníficos procrastinadores que retrasaron durante meses o incluso años algunas de sus mejores obras, exasperando a los que se las habían encargado. En el libro, Santella no presenta la procrastinación desde un punto de vista negativo (él mismo se declara un procrastinador militante) ni tampoco ofrece recomendaciones para luchar contra ese deseo irrefrenable de no hacer lo que hay que hacer en un momento dado. Más bien, el autor cree que procrastinar (no confundir con ser perezoso, dice) es un acto inconsciente de rebeldía para combatir la ansiedad y que en algunos casos puede llegar a estimular la innovación y la creatividad, como cuando Wright diseñó en una tarde su famosa Fallingwater, tras nueve meses procrastinando con el proyecto. Y remata su filosofía con la famosa invocación de San Agustín: “Señor, hazme casto, pero no todavía”.
Principios: en la vida y el trabajo (Ray Dalio, Sapiens Editorial)
Ray Dalio no es un tipo fácil. Sus métodos de trabajo, tan crudos como originales, son muy controvertidos, incluso en una industria tan acostumbrada a las extravagancias como la de las firmas de inversión. Pero lo cierto es que Bridgewater Associates, el fondo de inversión que Dalio creó en 1975, es hoy en día el mayor hedge fund del mundo y gestiona activos de más de 160.000 millones de dólares. Aunque solo sea por eso vale la pena leer este libro, en el que Dalio, que dejó de ser CEO de la compañía en 2017, explica su filosofía de éxito. Partiendo de lo aprendido en su trayectoria vital, Dalio argumenta que el único camino para mejorar profesionalmente es la verdad y la transparencia radical. Con ese propósito inculcó en Bridgewater una cultura basada en la crítica interna, al margen de cualquier jerarquía, y dirigida a identificar las fortalezas y debilidades de todos y cada uno de los empleados de la firma. A su juicio, el exceso de ego es el principal problema de la Humanidad y hay que luchar contra eso sacando a la luz los errores y aprendiendo de ellos. Dalio lo sintetiza sí en su libro: Dolor + reflexión = progreso. En el caso de Bridgewater, la fórmula parece que funciona.
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Bad Blood: Secrets and Lies in a Silicon Valley Startup (John Carreyrou, Picador)
Silicon Valley suele ser sinónimo de éxito. No en este caso. Aquí se cuenta la historia de un fraude con todas las letras y en todos sus detalles: el auge y caída de Theranos, una empresa de tecnología sanitaria de Silicon Valley que ideó una técnica presuntamente revolucionaria para hacer análisis de sangre más rápidos, más cómodos, más baratos, más fiables y más seguros. John Carreyrou, el autor del libro, está acreditado para contar la historia, porque él fue el primero que, como reportero de Wall Street Journal, empezó a dudar de las fabulosas prestaciones de la nueva tecnología y se enzarzó en una dura batalla con Elisabeth Holmes, la fundadora de Theranos. Holmes, que en 2015 llegó a ser considerada la emprendedora multimillonaria más joven del mundo, convenció a destacados inversores (entre ellos, el mexicano Carlos Slim) y políticos (como el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden) para que apoyaran su proyecto, y durante algún tiempo Theranos fue una de las estrellas en el apretado firmamento de Silicon Valley. El libro cuenta con todo detalle como a la hora de la verdad la empresa solo podía ofrecer una mínima fracción de lo que había prometido, y cuando Holmes vio en peligro su plan comenzó a falsificar ingresos y a airear contratos con compañías farmacéuticas que nunca existieron. Incluso se inventó que el Ejército de Estados Unidos estaba utilizando su tecnología en la guerra de Afganistán. El desenlace es conocido: en marzo de 2018, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) dictaminó que Holmes había cometido un fraude masivo estimado en más de 700 millones de dólares, le impuso una multa de medio millón de dólares y le prohibió dirigir cualquier otra empresa que cotizara en la bolsa durante 10 años. Una estrella fugaz.
Historias para disfrutar, aprender y desconectar. Buen verano y feliz lectura.