El lanzamiento de ChatGPT ha creado muchas expectativas -y también cierta preocupación- acerca del impacto que la IA generativa puede tener en el mercado laboral en un futuro. En solo unos meses, la aplicación ya cuenta con cientos de millones de usuarios en todo el mundo y los análisis y debates intentando avistar cuáles serán sus efectos reales en el trabajo y en empleo se han multiplicado en los medios de comunicación y en las redes sociales.

Para entender cuál es el estado de opinión sobre esta -y otras cuestiones- en PwC hemos entrevistado a 53.912 empleados de 46 países -1.000 de ellos en España-, dentro de nuestro informe ‘Hopes & Fears 2023‘, y las conclusiones son reveladoras. Los encuestados en todo el mundo tienen una posición optimista sobre la Inteligencia Artificial y, cuando se les pregunta, le dan más peso a sus efectos positivos que a los negativos. Por ejemplo, más de la mitad de los entrevistados en el estudio (52%) han elegido, al menos, una afirmación positiva sobre el impacto de la IA en sus carreras -me ayudará a aumentar mi productividad (31%), me brindará oportunidades para aprender nuevas capacidades (27%) y me generará nuevas posibilidades de empleo (21%)-, mientras que algo más de un terció (35%) se decanta por resaltar algún aspecto negativo. (ver gráfico)

Los empleados consideran que los impactos de la IA serán, principalmente, positivos
impactos de la IA

Si segmentamos las respuestas por edad nos encontramos con que las generaciones más mayores son las que esperan verse menos afectadas por la IA y las más jóvenes son las que prevén que lo haga en mayor medida. El 34% de los que nacieron en el  Baby Boom aseguran que la IA no les va a impactar, una  proporción que baja hasta el  14% y del 17% de los integrantes de la Generación Z y de los Millennials, respectivamente.

Si hacemos el filtro por área de actividad, los empleados pertenecientes a los sectores industriales y de automoción y a los servicios financieros son los que tienen un sentimiento más favorable acerca de la IA: el 40% y el 37%, respectivamente, cree que esta tecnología incrementará la eficiencia y la productividad de su puestos de trabajo, y, el 37% y 33%, que les va a abrir posibilidades de aprender nuevas capacidades relevantes para su futuro profesional.

Pero el hallazgo realmente significativo lo encontramos si miramos las opiniones de los encuestados por su nivel de competencias. Entonces, nos encontramos con que estas parecen tener influencia directa en la aproximación de los empleados a la IA. Los que cuentan con una formación más especializada son más propensos a ver los impactos -tanto los positivos como los negativos- de esta tecnología. Sin embargo, los que cuentan con una formación más generalista es más probable que se encuentren entre el 22% de los entrevistados que no creen que la IA vaya a afectar a sus trabajos en absoluto.

Una conclusión que pone en evidencia la necesidad de desarrollar entre los empleados las capacidades humanas -también denominadas soft skills-, que no son sustituibles por un algoritmo y que pueden ayudar a las personas a adaptarse a cualquier nueva tecnología que surja en el futuro. Estamos hablando de las habilidades sociales y de comunicación, la creatividad, la innovación, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, etcétera… En este sentido, el documento pone en valor la necesidad de impulsar la capacitación o upskilling de los profesionales; y la importancia de la formación in situ y el trabajo presencial como las maneras más eficaces de mejorar esos soft skills entre los empleados.

Importancia de las capacidades versus la confianza en el apoyo de la empresa para desarrollarlas
capacidades versus confianza

Precisamente, el estudio pone de manifiesto que los profesionales de todo el mundo ya están priorizando las soft skills sobre el resto de capacidades a la hora de impulsar el desarrollo de sus carreras en los próximos cinco años, y confían en que sus empleadores les van a proporcionar la formación necesaria en este sentido. Cuando se les interroga sobre qué soft skills son las que consideran más relevantes, el 72% dicen que la capacidad de adaptación y la flexibilidad, el 68% que el pensamiento crítico y la capacidad de colaboración seguidas del liderazgo (63%) y de las habilidades analíticas (58%).

Un desafío y, de momento, dos preguntas

Pero, cómo deben aproximarse las empresas a la IA desde el punto de vista de sus profesionales y de su fuerza laboral. El estudio plantea dos preguntas que los directivos se deberían hacer, en el momento actual, respecto de la IA y al impacto en sus organizaciones:

  • ¿Tiene la compañía una posición sobre el futuro del trabajo? La alta dirección debe ser la responsable de marcar la pauta dentro de la organización respecto a la IA y al resto de tecnologías disruptivas. Crear y comunicar una narrativa clara sobre cómo será el futuro del trabajo, lo que va a significar para la empresa y para los empleados es importante. La transparencia y la determinación de los planes y de las decisiones que se tomen en la compañía marcarán la actitud de mayor o menor confianza de los empleados hacia la IA, hasta el punto de llegar a sentirse cómodos experimentando con ella y aplicándola en su trabajo cuando sea necesario. En este sentido, es importante -de nuevo- que la empresa redoble entre sus empleados las capacidades humanas que la IA no puede replicar, como la capacidad de adaptarse al cambio, la flexibilidad, la colaboración o el liderazgo.
  • ¿Dejas que tus empleados participen en tus planes en relación con la IA? Lo más probable es que tus profesionales ya estén experimentando con la IA fuera del trabajo. Así que canalizar esa energía invitándoles a sesiones para intercambiar opiniones e ideas sobre cómo la IA puede mejorar sus funciones y sus departamentos puede ser muy beneficioso. Es más, crear oportunidades para que experimenten y exploren de forma responsable con la IA en su trabajo, con los cuidados necesarios en torno al acceso a los datos, la privacidad, la protección de los derechos de autor y otras áreas sensibles, también puede ser interesante. Tus empleados son los que mejor conocen el día a día de la compañía y, por tanto, serán los que tengan las iniciativas más eficaces sobre cómo utilizar la IA. Pero, además, al pedirles su opinión y hacerles partícipes estamos aumentando las posibilidades de que acepten los cambios, se suban al carro de la IA y se conviertan en defensores entres sus compañeros.

Los mejores directivos son aquellos que trabajan en distintas líneas del tiempo y son capaces de gestionar las disrupciones en el corto plazo mientras miran hacia el futuro. No puedes transformar tu compañía para el futuro sin un sentido claro de dónde están tus empleados hoy, y donde estarán mañana. Si, como directivo, te comprometes a ayudarles a llegar hasta allí es el primer paso para tener unos empleados preparados para reinventarse.