Ni B2C ni B2B, ¡B2I!
Contacto: Armando Martínez-Polo -
Siempre he tenido un problema con el término Business-to-Consumer (B2C). Etiquetar a una persona como un consumidor la reduce a una sola actividad en su vida: comprar cosas... A las personas a las que les gustan las palomitas, por ejemplo, no van por ahí diciendo: “Soy un comprador de palomitas”. Cuando los directivos de las empresas pensamos en nuestros consumidores de esa manera, estamos demostrando que no nos preocupamos por ellos. Solo por su lista de la compra.