¿Compensa que los empleados estén a gusto en su lugar de trabajo? Las compañías del sector tecnológico como Google, Yahoo, Netflix y Microsoft son líderes a la hora de ofrecer ventajas a sus empleados. Comida gratis, generosos packs de vacaciones, gimnasios o salas de cine en la propia empresa son algunas de las medidas que ofrecen a sus trabajadores para que estén contentos. Sin embargo, lo que empezó siendo algo puntual está ganando adeptos.
Cada vez son más los sectores que siguen este camino. Por ejemplo, el Grupo Virgin decidió implantar una política de paternidad que ofrecía a los progenitores hasta doce meses de baja remunerada. Otras empresas han optado por medidas como reducir la jornada laboral a cuatro días o establecer horarios más flexibles.
Sin embargo, estas medidas, siguen generando debate. ¿Tienen impacto este tipo de ventajas a la hora de contratar, fidelizar y motivar a los empleados? ¿Se traduce en negocio? ¿Son solo indulgencias innecesarias?
Un estudio sobre empresas de 43 países demuestra que tratar bien a los empleados tiene efectos beneficiosos tangibles para las compañías
Un estudio reciente intenta dar respuesta a estas preguntas a partir de la base de datos de Thomson Reuters ASSET4, que recoge información de diversos aspectos de la cultura empresarial de 3.500 compañías en 43 países. El estudio analiza la relación entre las empresas y sus empleados entre 2002 y 2014. Los autores tomaron como muestra a grandes compañías, con unos activos totales de 4.700 millones de dólares, y se centraron en cinco categorías que, analizadas en su conjunto, debían representar cómo tratan las empresas a sus empleados.
La primera de estas categorías seleccionadas fue la calidad de contratación que, a partir de una escala numérica, medía la calidad de los beneficios y las condiciones de empleo de la empresa. La segunda calculaba la salud y la seguridad del lugar de trabajo. La tercera, la formación incluyendo el compromiso de proveer el desarrollo y las oportunidades profesionales de los trabajadores. La cuarta fue la diversidad en la empresa y la igualdad de oportunidades para el desarrollo profesional. Por último, la quinta categoría versaba sobre el respeto a los derechos humanos y a la legislación laboral.
Los autores seleccionaron una muestra amplia, global y sin demasiados casos extremos. Por un lado, pocas compañías habían sufrido huelgas y la consiguiente pérdida de días laborales, un signo de un entorno poco amigable. Y, por otro, solo el 10,8% de las empresas de la muestra forman parte de la lista de Fortune’s Best Companies to Work For, compuesta por compañías con una cultura amable hacia sus empleados. Además, el 74% de las empresas contaban con programas de diversidad y el 62% ofrecía oportunidades de formación a sus empleados. Más del 55% se fijaba objetivos basados en la salud y la seguridad de los trabajadores, mientras que solo el 33% tenía políticas relacionadas con los derechos humanos.
Teniendo en cuenta algunas variables específicas de cada empresa y área geográfica, como la edad de la compañía o el nivel de deuda y de crecimiento del PIB del país en el que se encuentra cada empresa, los autores descubrieron que tratar bien a los empleados merece la pena. Las compañías con una alta cultura employee-friendly (EF) -en inglés, amable con los empleados- tienden a tener mejores retornos, en términos de activos y de mayor valor las acciones, que aquellas con un nivel medio o bajo. Además tienen también una mejor relación entre ingresos y activos, menos gastos y, por ejemplo, registran más patentes.
Los resultados demuestran que tratar bien a los empleados les anima a trabajar más duro, a ser más eficientes y a implicarse más con la compañía. Los autores descubrieron que el impacto de la cultura EF en una empresa es mayor en aquellos países con una mayor protección de los inversores y en compañías como mejor governance: consejeros independientes e incentivos salariales para sus directivos ligados a la evolución de la acción acción.
Por supuesto, uno puede argumentar que las compañías que mejor cuidan a sus empleados son aquellas que, simplemente, cuentan con los recursos económicos suficientes para gastar más en sus profesionales y que tener un cultura employee friendly no, necesariamente, implica mejores resultados y viceversa.
Durante el tiempo que duró el estudio, los autores pudieron analizar los efectos de la aprobación de leyes prolongando los permisos de paternidad en muchos países europeos y cómo estás han ayudado a mejorar la cultura laboral en los lugares de trabajo. Los autores descubrieron que este efecto en el valor de las empresas era especialmente positivo en aquellas que contaban con políticas de baja por paternidad poco ambiciosas.
El período temporal del estudio también permitió examinar las compañías antes, durante y después de la crisis financiera. Empresas con una fuerte cultura employee friendly, antes de la recesión, actuaron mejor durante la misma, lo que sugiere que las ventajas de tratar bien a los empleados son sustanciales y pueden marcar una gran diferencia durante una crisis.