El mercado de reestructuraciones de empresas es un espejo de la situación de la economía, y de su conocimiento y análisis podemos extraer conclusiones útiles para comprender el mundo en que vivimos. Eso es precisamente lo que hace el informe Restructuring trends: A Global View, recientemente publicado por PwC. El estudio examina las corrientes (algunas aparentes y explícitas, otras subterráneas) que están configurando el escenario global de reestructuraciones, y además explica los principales rasgos que caracterizan a los mercados locales, incluyendo España.
El análisis de las grandes tendencias a nivel mundial es interesante porque señala con el dedo cambios importantes en la regulación (de las insolvencias, del tratamiento de los créditos dudosos) que tienen un gran impacto potencial en el mercado, y al mismo tiempo se detiene en los posibles efectos de episodios o situaciones tan de actualidad como la guerra comercial, la relajación de las condiciones de los mercados de crédito, la fortaleza del dólar o el desarrollo del comercio online.
Niveles insostenibles
Pero si esa fotografía global es esclarecedora, de mayor interés si cabe es el zoom que hace el informe sobre el mercado nacional de reestructuraciones, en tanto en cuanto aporta puntos de vista clave sobre la situación de las empresas españolas.
El análisis de PwC parte de que el escenario macroeconómico es favorable, con una previsión del crecimiento del PIB del 2,8% y del 2,4 % en 2018 y 2019, si bien se advierte que el proceso de ralentización en marcha y la pérdida de dinamismo de las exportaciones, en combinación con el encarecimiento del petróleo, está presionando a corto plazo sobre los resultados de las empresas.
Más preocupante son, a juicio de los autores del informe, los “insostenibles niveles” de deuda en el mercado (las empresas no financieras debían 878.201 millones de euros en julio, en torno al 75% del PIB, según el Banco de España), a los que se añade un corriente de nuevas operaciones de compraventa altamente apalancadas, “que no resuelven sino que agravan el problema”, sobre todo ante la expectativa, todavía no inmediata pero probable, de una próxima subida de los tipos de interés en la zona del euro.
En el análisis por segmentos económicos, el estudio apunta que el sector inmobiliario está particularmente expuesto a procesos de reestructuración, pese a la recuperación del negocio residencial. Esto es así porque la entrada de nuevos competidores en la promoción de viviendas ha reducido los márgenes. Además, la ausencia de inversión pública en infraestructuras está deteriorando las expectativas de las empresas constructoras y de ingeniería.
El desafío online
Otra área con numerosos desafíos es la del comercio minorista tradicional, que afronta la dura competencia de la distribución a través de Internet. En este caso, se trata de un fenómeno global, que afecta a la práctica totalidad de los mercados mundiales. Los clientes están orientando sus hábitos de compra hacia el canal online y han dejado fuera de juego a muchas empresas de retail, que tienen gastos fijos (por ejemplo, los alquileres) mucho más elevados que los de sus competidoras en Internet.
Además, a las tiendas tradicionales ya no les vale solo con complementar su oferta con una web de ventas más o menos atractiva, sino que han de pelear en un mercado altamente competitivo, en el que las grandes plataformas, que tienen un mayor componente de innovación y un gran conocimiento de la experiencia del cliente, cuentan con ventaja. Los cambios radicales en el comportamiento de los consumidores están activando en todo el mundo, y también en España, procesos de reestructuración y de insolvencia en las empresas de retail.
Los que mandan son los fondos
El informe también hace una mención especial a la presión de los reguladores internacionales y de la nueva normativa contable (la denominada IFRS 9) para que los bancos reduzcan sus carteras de préstamos dudosos (NPLs, por sus siglas en inglés), lo cual está provocando un aumento significativo de las transacciones en el mercado secundario de deuda.
Como consecuencia de ello, un rasgo característico del momento es el creciente protagonismo de los fondos de capital privado, que apoyados en la liquidez del mercado son los que están comprando masivamente NPLs y los que están marcando la agenda en los procesos de reestructuración. En el caso de España, los fondos más activos en este tipo de operaciones, concentradas en el sector inmobiliario (tanto créditos dudosos como activos adjudicados por impago), han sido los estadounidenses Cerberus y Blackstone.