A semanas de las elecciones presidenciales de EE.UU., los directivos de las empresas norteamericanas anticipan nuevos riesgos, independientemente de los resultados que arrojen las urnas. Según la última encuesta PwC US Pulse, elaborada a partir de entrevistas a 537 altos directivos entre los días 30 de septiembre y 6 de octubre, lo que más preocupa a la clase empresarial estadounidense son los cambios en la política fiscal, seguidos de la respuesta del gobierno a la pandemia. En algunos aspectos, estas dos cuestiones están interrelacionadas, ya que se avecina el frente de la financiación de la recuperación.

De la encuesta también se desprende que los ejecutivos son significativamente más proclives a estar preocupados por los cambios en política fiscal bajo una administración de Joe Biden (un 62%), que bajo una segunda administración de Donald Trump (un 39%). Sin embargo, la mayoría de los participantes (76%) está de acuerdo en que habrá que incrementar la presión recaudatoria para pagar la factura del COVID-19, independientemente del partido que controle el Congreso, frente al 70% que lo creía en septiembre.

Además, los responsables de fiscalidad de estas empresas están preocupados por los riesgos derivados de los  cambios en la política fiscal internacional, a medida que las economías más ricas del mundo, a través de la OCDE, desarrollan nuevas reglas para gravar la actividad de las empresas tecnológicas y otras empresas que operan en el entorno online. Más de la mitad de los encuestados (52%) está de acuerdo en que la incertidumbre en torno a la política fiscal y el liderazgo en el extranjero representan un desafío mayor para las empresas estadounidenses que los posibles cambios en política fiscal doméstica.

Lo que más preocupa a la clase empresarial estadounidense son los cambios en la política fiscal, seguido de la respuesta del gobierno a la pandemia

Pero, a pesar de los riesgos que se avecinan, el estudio también denota que las empresas están pensando en el largo plazo y están dispuestas a invertir para seguir creciendo en el futuro. Por ejemplo, muchos encuestados dicen que planean intensificar las relaciones comerciales e invertir más en muchas regiones geográficas independientemente del resultado de las elecciones, incluyendo la Unión Europea, el Reino Unido, Asia y América del Norte independientemente del resultado de las elecciones.

China podría ser la excepción. Si Trump es reelegido, un 42% dice que es probable que disminuya la inversión en el gigante asiático, en comparación al 20% que dice que lo hará si es Biden quien gana las elecciones. Los directivos esperan que la forma en la que Trump y Biden abordan las relaciones comerciales marque una diferencia tangible entre los dos candidatos. En principio, Trump continuará utilizando los aranceles como una herramienta unilateral para abordar los desequilibrios comerciales con China, mientras que Biden ha señalado que está por  una estrategia más orientada al consenso, trabajando con los aliados de Estados Unidos.

Otra de las áreas abordadas en la encuesta son las operaciones corporativas, que parecen ser una opción que está en la mente de muchos de estos directivos. Más del 60% de los ejecutivos creen probable acometer una adquisición en los próximos 12 meses -64% bajo la administración de Trump y 62% bajo la de Biden-. Y casi la mitad de los participantes está considerando hacer desinversiones. Esto se debe a que muchos quieren transformar sus empresas a través de la tecnología -una tendencia que va a más y que continuará impulsando la actividad transaccional en el futuro-. Los encuestados dicen que sus estrategias de inversión digital incluyen la optimización de sus capacidades de data analytics, la migración a la nube, la  mejora de la experiencia del cliente y la transformación de sus productos y servicios.