Desde que, el 28 de octubre de 2021, Facebook anunció que cambiaba su nombre y pasaba a denominarse Meta, el metaverso se ha convertido en la palabra de moda, en el nuevo hype -en castellano, el subidón-. Las estimaciones sobre su potencial de negocio apuntan a una horquilla de entre los 800.000 millones de dólares (según las previsiones de Bloomberg a partir de los datos de PwC, Newzoo, IDC, Statista y Two Circles), y los 678.000 millones de dólares, que calcula la compañía de investigaciones de mercado Grand View Research.
Aunque en Ideas ya hemos hecho alguna aproximación a lo que deben conocer los líderes empresariales sobre el metaverso, hace unas semanas tuvimos la oportunidad de charlar con Bernardo Hernández, inversor en Nuevas Tecnologías de Solón Inversiones (emprendedor, cofundador de Idealista y con una amplia experiencia en compañías tecnológicas como Google), y con Armando Martínez-Polo, socio responsable de Consultoría Tecnológica en PwC, para desgranar algunos de los aspectos claves para averiguar si hay negocio detrás de este nuevo hype. Os ofrecemos un resumen de la charla organizada en cinco grandes temáticas.
¿Negocio o burbuja?
BERNARDO HERNÁNDEZ: “Lo importante, primero, es entender qué es el metaverso, para luego establecer si hay excesos o no. Yo lo entiendo como otro ecosistema digital, otro sistema operativo. Conceptualmente y filosóficamente, el metaverso ya existe desde hace años: los primeros videojuegos de los años setenta ya formaban parte del metaverso, pero de forma muy rudimentaria. Sin embargo, en la actualidad, se han producido dos cosas que lo han impulsado. Primero, el aumento de la capacidad computacional de los ordenadores, que permite hacer cosas increíblemente potentes -pantallas de muy alta resolución que consiguen darte la sensación de que la realidad está ahí-, y, por otra parte, el aumento de los anchos de banda hace que se puedan consumir experiencias increíbles que técnicamente y, hasta hace poco, eran impensables”.
“En cuanto a si es una burbuja, eso ocurre cuando hay una brecha entre la percepción y la realidad. Y esto sucede en el mundo financiero cuando el precio se separa del valor; si ocupa demasiado titulares de periódico para los usuarios que tiene y, en mi opinión, sí que hay algo de esto. Si haces una relación entre la importancia que le estamos dando a los titulares de las empresas con los usuarios reales del metaverso, hay un hype. De momento se trata de algo lúdico y experimental, que no tenemos incorporado a nuestras vidas como está el iPhone, Amazon o Instagram. Sin embargo, la dirección es la correcta, está aquí para quedarse”·
“Hoy en día, ya existen muchos metaversos. Actualmente, tenemos a más de 160 compañías trabajando de forma directa o indirecta por construir el más grande. Pero por lo que realmente se está luchando es por ver cuál es el sistema operativo que va a generar las suficientes economías de escala como para atraer contenido, dinero, usuarios, etcétera. Estamos en un momento muy temprano, donde se están decidiendo estos ecosistemas y el que tenga los pilares más eficientes va a ser el ganador”.
ARMANDO MARTÍNEZ-POLO: “La realidad es que el tiempo determinará si el metaverso es una burbuja o no. Evidentemente, ya hay oportunidades de negocio. Más allá de la tecnología o de los modelos de contenido, existe una gran diferencia con el inicio de second life. Los metaversos tratan de unificar la parte virtual con la física. En cambio, second life era una manera de evadirte de la realidad. Implicaba crear tu avatar en un mundo que podía existir o no, pero que estaba muy alejado de la vida física. Los metaversos lo que buscan es tener esa vinculación entre lo virtual y lo físico. Por ejemplo, que puedas pedir la pizza en el metaverso y que te llegue a casa. Aquí reside su punto de diferenciación y su éxito”.
“Para poder dar una respuesta habría que teletransportarse cinco o diez años en el futuro, no con fines especulativos, sino para ver cómo avanza la tecnología y en qué se va a materializar. Porque, a día de hoy, este nuevo entorno tiene todavía ciertos retos. Por ejemplo, en el caso de los conciertos y de los eventos virtuales, existen limitaciones. No puede haber más de 100 o 200 personas que interactúan al mismo tiempo, en comparación con un concierto de 80.000 personas. Con lo que aún existen ciertos aspectos donde hay dudas sobre lo que va a suceder”.
Seguridad jurídica, sí o sí
ARMANDO MARTÍNEZ-POLO: “La gran diferencia entre el metaverso y la web como la conocemos está en que en la web solo podemos poseer una cosa, el dominio. En cambio, en el metaverso, con un registro de la propiedad basado en blockchain, puedes poseer cualquier cosa que esté soportada por esta tecnología. Sin embargo, a día de hoy, la seguridad jurídica en el metaverso se queda muy restringida al tema de la propiedad. Por contra, el desarrollo de su regulación y de las cuestiones legales y fiscales está siendo muy lento. Aún así ya existen algunos proyectos de reglamentos, como el MICA, pero no toca las NFT y va más encaminado a regular el mercado de criptoactivos, o la normativa PISA”.
“Otra asignatura pendiente es la cuestión ética y el ámbito de la privacidad. Un mundo en el que toca trabajar mucho. Al final, acabará trasladándose al metaverso todo lo que se ha conseguido en Internet. De hecho, ya existen algunos metaversos en los que, cuando configuras tu avatar, puedes indicar si dejas acercarse a gente o no. Se empieza a ver cierta configuración que permite establecer de forma explícita esas separaciones con el mundo real, pero aún queda mucho. Estamos hablando de cómo acercar el mundo virtual al real y ahí es donde la parte regulatoria va todavía muy por detrás”.
BERNARDO HERNÁNDEZ: “A mí lo que más me gusta del metaverso es la tecnología de ledger descentralizado que es el blockchain. Uno de los aspectos más importantes para el éxito del metaverso es lo que suceda con la seguridad jurídica. De momento, la seguridad jurídica solo pasa dentro del metaverso. El gran reto es cómo vincular la tecnología blockchain con el registro mercantil, con la CNMV o con un juzgado, por ejemplo. Esto ya existe en el Internet tradicional, aunque han costado mucho cuestiones como el registro de los dominios, la propiedad intelectual, el derecho al olvido… Darle seguridad jurídica a Internet ha requerido un gran esfuerzo pero se ha conseguido. Ese vínculo entre el mundo real, con nuestros sistemas jurídicos robustos, y el mundo virtual se debe implementar. Sin duda, tiene que haber seguridad jurídica”.
Los datos y la descentralización
ARMANDO MARTÍNEZ-POLO: “En el metaverso todo está trazado. La información y los datos que va a haber serán brutales. El reto es cómo obtener valor de toda esa información. En la actualidad hay muchas estadísticas que indican que un elevado porcentaje de los datos que existen no se utilizan, o se utilizan mal. Por lo tanto, la clave está en saber entender y sacar el mayor partido posible a los mismos. De ahí viene la segunda derivada: ¿quién va a dominar el metaverso? Pues, evidentemente, el que domine los datos. ¿Dónde se están metiendo las grandes compañías? Básicamente, en crear o generar esos ecosistemas sobre los cuales poder montar las plataformas de los metaversos”.
“También, se apunta a que puede haber dos tipos de metaversos distintos. El de los grandes, el de Facebook y Microsoft, y luego los metaversos más basados en los datos y en entornos descentralizados y estándares abiertos. Tomando el ejemplo de los sistemas operativos, igual que tienes un Windows más propietario y un Linux más abierto, pues aquí puede suceder lo mismo. Un metaverso o varios más corporativos, no muchos, y otros más basados en estándares abiertos que sean lo utópico del metaverso: descentralizados, sin una entidad que lo gobierne más allá de los estándares que se definan por los organismos correspondientes”.
BERNARDO HERNÁNDEZ: “Se dice que el metaverso frente a la web es la gran revolución, la vuelta del poder a las masas y el fin de los Google y los Facebook… Pero yo esto lo he visto ya muchas veces. No va a haber una desintermediación sino un quitarte a ti para ponerme a mí, como en su día Apple quitó a IBM. Uno de los grandes reclamos del metaverso es que nadie va a ser dueño de esta nueva era y que las personas serán las propietarias. Puede ser, pero yo creo que no hay barco que no pueda gestionarse sin capitán: el ser humano necesita organización, seguridad jurídica y liderazgo”.
“Habrá diferentes opciones pero Facebook será un gran metaverso, Apple será un agente fundamental, como Microsoft, Google… Estos actores contarán con un papel clave en lo que pase con el metaverso. Serán los grandes players del metaverso los que establezcan los entornos de hardware y software, de seguridad jurídica, y de medios de pago. La realidad es que el 80% de los metaversos estarán dominados por grandes actores”.
¿Cómo se va a monetizar?
BERNARDO HERNÁNDEZ: “En mi opinión, habrá de todo. En 1998, quién iba a decir a Google qué iba a ser la mayor empresa de medios en la historia, con más de doscientos mil millones facturados al año, y con un modelo de negocio que cuando empezaron decía que iban a vender licencias de motores de búsqueda. Hoy en día, cuentan con un negocio que no tiene nada que ver, pero acabaron siendo completamente disruptivos. Lo que es cierto es que, primero, se van a extrapolar los modelos de negocio existentes, aunque habrá empresas que desarrollen modelos que aún no conocemos. ¿De qué dependerá? De lo que la imaginación y la tecnología nos permitan desarrollar”.
ARMANDO MARTÍNEZ-POLO: “Desde mi punto de vista habrá cabida para todos los modelos. Para algunas actividades tendrá sentido un modelo de suscripción, para otras un modelo de pago por uso, e incluso, si enganchamos con la tecnología de los smart contract, se van a crear modelos de monetización completamente nuevos. Por ejemplo, al generar un determinado activo, como un token no fungible o NFT se podrá establecer, de cara a monetizarlo, que cada vez que se haga una compra yo obtenga un porcentaje determinado de manera inmediata. Ya no es necesario hacer lo que hacen los medios tradicionales de medir en donde se ha reproducido cada canción, si sonó o no, eso quedó en el pasado”.
Riesgos y oportunidades del metaverso
ARMANDO MARTÍNEZ-POLO: “Riesgos todos y oportunidades muchas. A día de hoy todavía es un mercado y una plataforma bastante inmadura y aún está muy sometido a temas especulativos. Además, está vinculado a una moneda que también es muy volátil, como los bitcoins. Por lo tanto, hay que darle la doble derivada de la volatilidad. A partir de ahí, nuestra recomendación es, además de familiarizarse y tener el radar encendido, que desde el punto de vista de la inversión hay que ser muy comedido. Sobre todo, no intentar entrar en este mercado especulativo de la compra, más que nada porque en el metaverso estás sometido a poseer activos intangibles”.
BERNARDO MARTÍNEZ-POLO: “El consejo que daría sería intentar tener un indicador de rendimiento muy claro: que esta tecnología sea capaz de crear una experiencia de uso o comercial distinta de lo que se ha vivido hasta ahora. Si la respuesta es no, obsérvalo y mantén el radar activo, pero si la respuesta es sí, invierte sin miedo. El indicador fundamental que se ha mantenido a lo largo de toda la transformación digital, en los últimos cuarenta años, es que las experiencias nuevas radicalmente mejores y más eficientes en coste se quedan. Esta es la variable fundamental”.