Cómo mantener el ‘sentido de urgencia’ que nos trajo la pandemia
Es fácil olvidar que, antes de la COVID-19, el contexto empresarial a nivel mundial era, cuanto menos, farragoso, y que las empresas ya se enfrentaban preguntas muy complejas como, por ejemplo, cómo afrontar el cambio climático y la disrupción tecnológica. Los cambios demográficos, la polarización política y el upskilling de los trabajadores también eran preocupaciones latentes. Y las barreras comerciales, los temas migratorios y las regulaciones, a veces, arbitrarias, también pesaban en la agenda. Todas estas circunstancias reunían un nivel tal de complejidad que, muchas veces, los directivos tenían más probabilidades de quedarse paralizados que de hacer algo al respecto.