El mundo empresarial siempre tiene sus incertidumbres y, hoy en día, algunas de las principales tienen que ver con cómo evolucionará la pandemia, qué pasará con la fiscalidad de las grandes corporaciones y con los problemas en las cadenas de suministro. Sin embargo, hay una cuestión sobre la cuál los máximos responsables de tecnología de las compañías y los directivos, en general, no tienen duda: la importancia de la transformación digital y su capacidad para impulsar la estrategia de negocio. Según nuestra encuesta realizada a más de 650 directivos, entre ellos 89 responsables de tecnologías de la información y directores de tecnología (CIOs y CTOs, por sus siglas en inglés), el 60% afirma que capitalizar las iniciativas de transformación digital será un factor fundamental para sus negocios en 2022. Esta prioridad se sitúa en segundo lugar, sólo por detrás de su preocupación por captar y retener el talento (77%).

Los directivos, además, están decididos a actuar: el 59% asegura que sus empresas dedicarán una gran cantidad de recursos (económicos y de personas) a la transformación digital en 2022. Una apuesta con distintos objetivos, como reforzar sus ventajas competitivas, impulsar sus estrategias de captación de talento, ser más ágiles y mejorar su  toma de decisiones.

Para los CIOs, esto conlleva seguir asumiendo un papel de liderazgo en la estrategia de negocio y a la hora de construir el futuro de sus compañías. Al tiempo que cumplen con las cada vez mayores exigencias que implica gestionar las tecnologías de la información en una empresa. Los CIOs tienen el papel crucial de guiar al resto del equipo directivo en la ejecución de las inversiones tecnológicas que resultan esenciales para llevar a cabo la estrategia a largo plazo. Los directivos que integran el C-suite están asumiendo un rol muy activo para desarrollar la estrategia digital y en la nube en sus compañías, incluso en un momento en el que las compañías tienen también el reto de rentabilizar al máximo sus inversiones. Los responsables de tecnología se han convertido en verdaderos educadores que trabajan con el resto de la alta dirección para impulsar la innovación y el crecimiento a través de nuevos productos y servicios basados en la nube.

Para que esta colaboración tenga éxito, es necesario conocer en qué punto se encuentra cada uno de los miembros del C-suite. Por ejemplo, los directores de operaciones y los directores financieros tienen actualmente un menor apetito para invertir en transformación digital (51% y 46%, respectivamente). Esto puede deberse a que tienen un mayor foco en los resultados a corto plazo, en medio de la creciente inflación y los desafíos de la demanda. En cambio, los responsables de recursos humanos, riesgos y de las áreas fiscales son más ambiciosos. Este último grupo es fundamental, ya que muchas empresas están empezando a comprender cómo las cuestiones fiscales pueden aportar valor en las iniciativas de transformación digital. No obstante, independientemente de la postura de cada uno de los ejecutivos, lo más importante para los CIOs es ayudar a construir un equipo unido, ágil y con grandes capacidades tecnológicas.

Los responsables de fiscalidad y tecnología: el nuevo dúo dinámico

Aunque todos los miembros de la alta dirección desempeñan un papel fundamental en la transformación digital de las empresas, un colaborador generalmente infravalorado suele ser el responsable fiscal. Esto se debe a que cuestiones tributarias, como los créditos fiscales por I+D, las deducciones e incentivos fiscales del Estado y la gestión de la propiedad intelectual, pueden ayudar a compensar los costes de transformación, a detectar riesgos y responsabilidades y aportar valor. Según nuestra encuesta, resulta evidente que muchos CIOs todavía no están sacando el máximo partido de su colaboración con sus homólogos en el ámbito de la fiscalidad. Piensan en los impuestos, pero no lo hacen de forma consistente, ni con la suficiente antelación. Cuando preguntamos a los encuestados sobre el momento en el que incorporan los impuestos durante una iniciativa de transformación digital, sólo el 17% responde que lo hace en la fase de planificación y el 13% que durante todo el proyecto. El 45% restante se acuerda en las fases de recopilación de requisitos y de diseño.

La colaboración con el responsable de fiscalidad, desde el inicio y con regularidad, puede resultar muy beneficiosa. Primero, porque puede ayudar a crear un business case más sólido. Por ejemplo, una compañía global que estaba desarrollando un marketplace en la nube decidió localizar sus equipos de investigación y desarrollo en EE.UU. para obtener rebajas fiscales por I+D en relación con los salarios de los empleados. De la misma forma, una empresa inmobiliaria que estaba desarrollando una plataforma en la nube contó con la colaboración del equipo fiscal en su programa tecnológico e identificó un ahorro en impuestos de 200 millones de dólares adicionales durante la duración del proyecto. En el caso de España también es posible analizar estas cuestiones fiscales por las posibilidades que ofrecen algunas regiones al desarrollo de capital intelectual, innovación y generación de empleo.

Agilidad, nube y datos, las prioridades de los CIOs en 2022

Cuando preguntamos a los CIOs en qué van a invertir su tiempo y su dinero en 2022, responden que su principal prioridad es perfeccionar su modelo operativo para ser más ágiles. Esto implica adoptar un enfoque integral sobre cómo hacer las cosas, teniendo en cuenta las personas, los procesos, la automatización y los proveedores. Abordarlo todo de una vez es, sin duda, un objetivo ambicioso pero también el camino más rápido para generar valor.

La nube y los datos son las otras dos prioridades principales: el 35% se centra en la migración de infraestructuras, el 34% en el análisis de datos y el 28% en la arquitectura empresarial. Dada la interconexión de todos estos aspectos, veremos a más CIOs convergiendo hacia estas actividades.

La IA lidera la innovación, y la convergencia de las tecnologías emergentes impulsa el metaverso

A pesar de que la nube y los datos son las principales prioridades de los CIOs, éstos también se interesan en cómo las tecnologías emergentes pueden impulsar el crecimiento de sus compañías. En este sentido, la IA encabeza la lista de tecnologías que se consideran de gran importancia para la estrategia de productos y servicios de las empresas (61%). Esto confirma que la IA es una tecnología de uso generalizado, con la cual se pretende mejorar la experiencia de los consumidores, la toma de decisiones y la innovación de los productos y servicios; las tres áreas principales en las que se centrarán los CIOs, según nuestra encuesta anual sobre IA.

Una muestra de ello es la elaboración de GuIA (Guía para el uso ético y responsable de la IA), iniciativa lanzada por OdiseIA y en la que hemos tenido la oportunidad de colaborar. Dicha GuIA pretende ser un ecosistema de referencia en el que las entidades públicas y privadas compartan sus experiencias y buenas prácticas en el uso de la IA.

El siguiente punto en la lista de prioridades es la identidad digital (57%), el 5G (56%) y el IoT (54%). Mientras cada una de estas tecnologías mencionadas es relevante y tienen la capacidad de impulsar y sostener la estrategia de innovación de una empresa; la realidad es que muchas de ellas se utilizarán simultáneamente y, así, tendrán más impacto.

De hecho, la convergencia de estas tecnologías por excelencia es lo que ahora se ha venido a llamar el metaverso: según el 46% de los CIOs será muy importante para sus compañías. Hoy en día, la tecnología en la nube está solventando los desafios relacionados con la potencia de procesamiento y el almacenamiento para soportar la realidad extendida y las interfaces inmersivas. Las redes hiperconectadas que utilizan el 5G empiezan a ser una realidad. La IA está contribuyendo a crear réplicas digitales que combinan visión por ordenador, voz y aprendizaje profundo para ofrecer a los usuarios experiencias que parezcan reales. La descentralización de las finanzas y la economía, con el apoyo de la tecnología Blockchain, está haciendo posible sistemas financieros parcialmente automatizados.

Así que, aunque el concepto del metaverso ha sido el centro de atención en los últimos meses, se trata más de una evolución que de una revolución. Es probable que muchos CIOs se pregunten si es necesario empezar a pensar en una estrategia en el metaverso y cuál es el momento de hacerlo. El metaverso podría cambiar profundamente la forma en que las compañías y los consumidores interactúan entre sí, con los productos y los servicios. Existen estrategias prácticas que las empresas pueden empezar a aplicar y que las posicionarán mejor en el futuro, incluso si el metaverso, tal y como lo conciben los visionarios de la tecnología, no llega a materializarse del todo. Entre las medidas a corto plazo se encuentran la asignación de recursos para hacer un seguimiento de los avances tecnológicos; centrarse en los fundamentos clave, como las interfaces de programación de aplicaciones para hacer que los servicios sean extensibles o la contratación de profesionales en áreas clave como la identidad o los activos digitales; y probar con iniciativas de menor riesgo, como la venta de versiones digitales de productos físicos o el lanzamiento de tokens no fungibles (NFT) para mejorar el conocimiento de la marca.