Una nueva visión de la crisis de los microchips
Contacto: Manuel Díaz - La industria mundial de los microchips es más fascinante de lo que se cree por dos razones que están relacionadas entre sí. En primer lugar, la fabricación de chips de ordenador se ha convertido en un proceso complejo, que ha llevado a los ingenieros con más talento del mundo al límite de sus capacidades. Es tan difícil conseguir nuevas mejoras que muy pocas empresas cuentan con los conocimientos y los recursos necesarios para poder competir en el mercado. En segundo lugar, con una producción anual valorada en unos 600.000 millones de dólares, su fabricación está muy concentrada para tratarse de una industria global. Aunque parezca increíble, la mayor parte de los semiconductores del mundo se producen en la pequeña isla de Taiwán, lo que sitúa a la industria en un punto ciertamente vulnerable. La omnipresencia de los microchips en todos los ámbitos de la vida moderna -en miles de millones dispositivos como teléfonos, ordenadores, etcétera-, nos lleva a que la salud de la economía mundial dependa del mantenimiento de este frágil equilibrio.